Leo en la prensa que la reina Sofía ha presidido en Alicante un Congreso de Investigación e Innovación en Enfermedades Neurodegenerativas que ha reunido a más de un centenar de expertos internacionales en nuestra ciudad, y ello encaja con la idea que tengo acerca de su interés por iniciativas sociales y por las actividades de carácter solidario en las que me consta que suele participar, que se extienden a la promoción de acuerdos de cooperación y a temas de investigación científica, y tanto a nivel individual, como en su condición de presidenta ejecutiva y promotora de la fundación benéfica y cultural que tiene su nombre, y que la ha llevado a ser propuesta por segundo año consecutivo por una universidad de Estados Unidos al Premio Nobel de la Paz.

Y llego a la estación de trenes de Alicante camino de Madrid y me encuentro con un gran despliegue policial, e incluso con perros policía, y cuando entro a la Sala Club y pregunto qué ocurre, me informan que viene una importante personalidad, y entro y me preparo un café y me siento en una barra con taburetes altos, y al momento entra la reina Doña Sofía rodeada de sus acompañantes y miembros de seguridad que saluda con elegante gesto a los que estábamos allí y se sitúa en una mesa muy cercana, para a continuación, y dirigiéndose a mí decirme:

-Señorita, por favor, ¿me podría dar un vaso de agua?

Y es entonces cuando sus acompañantes le dicen:

-Majestad, ella es una viajera.

Y todos ríen, pero antes de que nadie se levante, le respondo:

-No faltaría más. ¡Encantada de traerle un vaso de agua, Majestad!

Y se lo sirvo y me da las gracias y la mano, y todos reímos, y reflexiono sobre la sencillez que trasmite su Majestad, la reina Doña Sofía, porque sencillo es aquello que carece de ostentación y no ofrece dificultad, y sencillez y facilidad se utilizan como sinónimos, y lo que es fácil y sencillo, te hace sentir cómodo y tranquilo.

Y pienso también en el poder que tiene esta virtud, que significa naturalidad, amabilidad y espontaneidad y que te acoge, y te hace sentirte bien ante ella, porque la sencillez no tiene pretensiones, pero a la vez te cautiva.

Y es grande quién es sencillo, porque a la vez es amable y cálido, y porque alejándose de artificios, es su interior el que cuenta, y porque una persona sencilla se caracteriza por respetar a los demás, y no se siente superior a nadie, y no necesita destacar, ni sobresalir, pero ya lo hace con su sencillez, pues mejora el momento del otro, es decir, del que tiene cerca, y de aquel con el que se encuentra, pues si algo despierta empatía, es la sencillez.

Que me parece una de las muchas virtudes de Su Majestad Doña Sofía, me digo, mientras me sirvo un vaso de agua y pienso que me encantaría le dieran, por sus múltiples merecimientos, el Premio Nobel de la Paz.