Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Manolo Alarcón

Sólo si pierde, gana

Pedro Sánchez tiene más enemigos dentro del PSOE que fuera, como todo líder político que se precie, sin que para ello sea necesario que te hayan puesto a dedo en el cargo como le pasó a Rajoy. Y, siendo esto lo habitual, lo grave es que le dé importancia al punto de trasladarle al electorado con sus declaraciones de ayer que ellos y no él son los culpables de todos los males que le afligen. Su manifiesta incapacidad para demostrar un mínimo sentido de Estado tras la derrota, algo que tampoco han tenido el resto de candidatos después de dos elecciones, formará parte de su epitafio.

Esa es la salida que ha tomado tras la doble derrota en Galicia y Euskadi: someterse a un proceso de primarias para ¿autoconvencerse de que es el líder? No se explican los vaivenes a los que lleva sometiendo al centenario partido que le entregaron para sacarlo de una crisis que ya existía y que, cada día que pasa, parece más profunda al punto de llevar camino de enterrarlo no sólo a él sino a su formación y más por sus deméritos que por los méritos de rivales que, como Podemos, se alimentan de sus errores y de que es incapaz de ver esta realidad. Lo ocurrido ayer, con ese anuncio de primarias, me recuerda a la escena final de la cuarta temporada de la serie «House of Cards» en la cual el presidente Frank Underwood (Kevin Spacey), acorralado por los escándalos de corrupción que van a estallarle en las manos y por detrás en las encuestas para renovar en la Casa Blanca, no encuentra más salida que anunciar una guerra contra el terrorismo. Humo.

Lo que ha hecho Pedro Sánchez, salvando las distancias, es meter en otra batalla cruenta a su propio partido por no asumir el doble fracaso en las autonómicas del domingo, el enésimo que tiene. No se da cuenta de que si gana en ese proceso, que se supone que es lo que quiere, en realidad perderá porque le volverá a pasar factura ante un electorado que está cansado de él porque no convence como candidato a la Moncloa. Y sólo si pierde en esas primarias, alguien saldrá ganando. Será un PSOE necesitado de un cambio de imagen y, sobre todo, de ser el primero en darlo. En cualquier caso, Sánchez se dirige hacia su propio final pase lo que pase y le ha puesto fecha. Y si no lo ve, es que está ciego.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats