Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Quión paga la fiesta

LUNES 19

GRANDES CUESTIONES

Uno de los titulares sobre la cumbre Puig-Puigdemont enfatiza que «la colaboración continuará aunque Cataluña consiga la independencia». Es deprimente atribuir estas palabras a Puig, no porque su partido tenga sentido de Estado (discutido incluso por los supervivientes del felipismo tras la gloriosa presidencia de Rodríguez Zapatero que jaleó las ocurrencias de Maragall o el tesón con que sus problemas internos bloquean la formación de gobierno), sino porque los caritativos desean que al menos conserve el sentido común a falta del de Estado y la sensatez indica que un partido estatal no puede saludar como incidencia irrelevante la desaparición precisamente de ese Estado. Sin esta monstruosidad, la cumbre podría juzgarse como una deslealtad que insufla oxígeno a un Puigdemont cada vez más desbordado o como un gesto benéfico de convencer al independentismo catalán de que la cooperación siempre es más fácil «dentro» de instituciones comunes que entre entidades soberanas. Pero lo más probable es que Puig sólo pretenda saquear el almacén nacionalista de Compromís y la visita de Puigdemont unida a algunos excesos verbales sea una maniobra apropiada.

MARTES 20

EL MISTERIOSO SUR

Una sentencia europea ha declarado que el régimen de los interinos en España es discriminatorio y los medios compiten por asimilar la noticia a las profecías de Nostradamus, las siete plagas de Egipto y el diluvio universal. Es una reacción típicamente española vaticinar consecuencias calamitosas aunque los expertos señalen que el tribunal es lo suficientemente vago como para deducir conclusiones rotundas. La intuición sugiere que los jueces europeos desconfían de un país donde las reformas laborales son tan frecuentes como la Semana Santa, la mayor aspiración es convertirse en funcionario y no en autónomo y se convive con un endémico 20% de desempleados. En Europa comienzan a estar justificadamente hartos de nuestras peculiaridades y la menor es que formar gobierno se haya convertido en una proeza. Lo verdaderamente genuino es que en España lo estructural es provisional por definición, desde la organización territorial a los planes educativos. Juncker, el mandamás de Bruselas que bromeó intentando estrangular a De Guindos y sospecho que lamenta la oportunidad perdida, ha recordado con gesto de catador de vinagreta quién está pagando la fiesta.

MIÉRCOLES 21

FAIR-PLAY

Un amigo londinense anda de visita y aprovecho la extraña locuacidad que los británicos despliegan en el continente para preguntarle por el «Brexit». Bufa con hastío y confiesa que la empresa donde trabaja está considerando trasladarse a España. Resume con rudeza la autopsia del referéndum: los británicos perciben los inconvenientes de la Unión pero no sus ventajas y la pedagogía de los políticos comprometidos con el europeísmo no ha sabido imponerse a quienes agitaban el espantajo de una horda extranjera dispuesta a acampar en los jardines del Big-Ben. No tiene una elevada opinión de estos agitadores, pero tampoco de un Cameron aficionado a la ruleta rusa que finalmente se ha descerrajado un tiro en la cabeza. Sin embargo, advierte con cierto prurito patriótico que en su país sería impensable la actual situación española: allí se habría formado gobierno tras las primeras elecciones y desde luego se hubiese considerado chocante que el líder del partido derrotado por dos veces exigiera la retirada del vencedor en lugar de asumir la suya.

JUEVES 22

LA ALCOBA

La crónica del día es sentimental, una de esas mañanas plomizas envueltas en silencio de pesadumbre callejera que parece contagiar incluso a los niños: Brad y Angelina se separan; Pablo e Íñigo también. Son rupturas de naturaleza incomparable. La primera reproduce el cliché de una «femme fatale» que destruye la rutina de una pareja aparentemente sólida; la segunda cuenta con un estimable censo de «femmes fatales» que se entrecruzan en las pasiones de los cónyuges políticos como una novedosa síntesis del mejor Shakespeare: varias Lady Macbeth adictas a las ruedas de prensa, García Ferreras ejerciendo de rey Lear que suplica mesura a sus ahijados y Monedero como Yago que susurra maledicencias a Iglesias sobre Errejón, el dubitativo Hamlet de rostro aniñado. El patriarca Lenin escribió que no importaban las ideas sino el poder, aunque esto fue interiorizado con excesiva energía por su discípulo Stalin, pero cunde la sospecha de que la zona de confort de Podemos es utilizar las campañas electorales como pretexto para discutir sobre quién fue la madre de «Los cien mil hijos de San Luis» en el lecho conyugal de Twitter.

VIERNES 23

EL VIEJO FUTURO

En Alemania se cuenta un chiste hiriente sobre España. Merkel y Rajoy coinciden en el infierno y la canciller pide telefonear a Berlín. La llamada cuesta un millón de euros, que ella abona sin rechistar. Naturalmente, Rajoy no tiene un millón de euros y se los pide a Merkel. Habituada a estas transacciones hispanos-alemanas, ella accede y Rajoy habla con Madrid. Cuando va a pagar al diablo, éste le cobra un euro y explica: «De infierno a infierno, la tarifa es local». He recordado esta caricatura al contemplar la imagen de Rajoy amonestando a dos monjitas lucenses que habían ignorado un semáforo en rojo al ir a saludarle. Esta faceta entrañable de la política comienza a adquirir en España un matiz sarcástico: la modernización permite que ahora los feligreses riñan a los pastores y no a la inversa como era tradicional, pero todavía estamos lejos de exigir con algo más que una abstención que Rajoy riña a Bárcenas, los barones a Sánchez y el rey a ambos. Lo cual que nos encontramos al filo de las terceras elecciones generales en un año, algo que ni siquiera han logrado los italianos. Vayan con Dios.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats