Aquí se aposenta el musical Priscilla. Reina del desierto, con su enorme equipaje y una llamativa puesta en escena con el autobús que da título a este espectáculo. Extravagantes atuendos y tres protagonistas, entre un amplio grupo que canta y baila éxitos de la música disco de los años 70 y 80. A los fieles de los musicales les inundan las canciones de Gloria Gaynor, Madonna, Tina Tunner o Donna Summer en esta extensa producción, de origen australiano, que se basa en la galardonada película, de 1994, sobre las aventuras de tres drag queen, uno transexual, que recorren el desierto rojo de Australia para actuar en un casino y para que uno de ellos pueda conocer a su hijo menor. Las ligeras y desenfadadas situaciones, el sentimentalismo, la amistad y los optimistas fuegos artificiales se lanzan a la afición, que el jueves no llenó el Principal de Alicante. La banda dispara la música, potente o melódica, y llaman la atención los muchos y veloces cambios de vestuario y maquillaje. José Luis Mosquera, Jaime Zatarain y Christian Escudero conforman ese trío que representa la madurez, la sensatez y la locura de la juventud. Silvia Parejo, Teresa Ferrer y Aminata Sow interpretan a las divas que bajan de las alturas, cantan con vigor y suben. La homofobia, la defensa de la propia identidad o el empuje para conseguir los deseos transitan ingenuamente por la serie de pasajes de un trayecto al que está invitado la concurrencia. El gran despliegue visual y sonoro incluye temas en inglés traducidos en momentos puntuales para no perderse, y se escuchan I will survive, Go west, Wonderland o Boogie. Sobresale la ajustada coordinación general con su ágil ritmo y la capacidad versátil del conjunto, según la dirección artística de la adaptación española que depende de Ángel Llácer. El histrionismo carnavalesco hace de las suyas y, desde ahí, se intenta defender el orgullo y la normalización de la homosexualidad. Suenan I love the nightlife, Don't leave me this way, Material girl, Like a prayer o It's raining men, canciones como punto de partida para la creación de las breves escenas.