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Isabel Vicente

Punción para no olvidar

Los mejores investigadores del mundo en enfermedades neurodegenerativas están estos días en Alicante exponiendo los últimos avaces en la lucha contra el alzhéimer y otras dolencias devastadoras. Dicen los expertos que estamos en un momento ilusionante tras la publicación de un estudio sobre una vacuna que provocaría una mejora de los pacientes, pero también afirman que, de momento, lo más importante es retrasar la enfermedad. Para ello, evidentemente es fundamental un diagnóstico temprano y es ahí donde cojeamos. La sanidad pública nos insta a hacernos mamografías a partir de cierta edad, hay campañas para detectar el cáncer de colon en estadios incipientes, citologías, pruebas de próstata, marcadores tumorales... Pero ¿qué pasa con las enfermedades degenerativas? Lo malo de que te digan que en el alzhéimer y males similares la detección temprana es fundamental para retrasar los síntomas es que, a poco hipocondríaco que seas, te puedes pasar la vida en la consulta del neurólogo. ¿Quién no tiene un despiste? ¿Quién no olvida una cita sobre todo a partir de cierta edad? El otro día metí las llaves del coche en el frigorífico y claro, me volví loca buscándolas hasta que llegó la hora de la merienda. ¿Qué hago? ¿Me voy pitando al médico?

Evidentemente, sospechar de un alzhéimer por no recordar el nombre de la vecina no es la solución, máxime cuando existen pruebas mucho más lógicas y efectivas pero que, por desgracia, no están generalizadas aquí. Tal como se ha evidenciado en el congreso, hay países como Suecia en los que se realizan punciones lumbares sistemáticas a la gente para analizar marcadores y detectar la enfermedad antes de que sean los olvidos recurrentes los que nos lleven al médico.

Mientras no haya una cura a estas enfermedades, es básico apostar por la inclusión en la sanidad pública de este tipo de pruebas que pueden retrasar la aparición de los signos de la dolencia. Es, evidentemente, una cuestión de humanidad en beneficio de las miles de personas que ven cómo los recuerdos se van borrando de su mente, y en beneficio de sus familiares, pero también conllevaría un ahorro económico ya que, todo lo que sea apostar por la detección precoz, retrasará la necesidad de utilizar recursos públicos en la atención y cuidado de los enfermos.

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