Marcel Proust escribió En busca del tiempo perdido que constituye una de las obras cumbres de la literatura universal y que consta de siete partes que integran una extensa novela en la que el autor narra sus recuerdos y expone sus ideas sobre conceptos tan universales y eternos como la memoria, la imaginación y el amor, alternando descripciones de la sociedad francesa de la época de principios del pasado siglo con referencias al desarrollo psicológico de los personajes planteando su preocupación filosófica por el paso del tiempo y su inexorable efecto destructor sobre las personas y las cosas, ante el que siente un impaciente anhelo por revivir el tiempo perdido, y recuperar los momentos felices del pasado a través del recuerdo.

Y a propósito del título de la obra, pienso que el tiempo es el recurso más valioso que tenemos pues corre y se gasta y la pérdida del tiempo con frecuencia procede de vivir con preocupación o con temor, o de hacer cosas que no tienen sentido o no son productivas, o de vivir atrapado en el pasado o en la preocupación por el futuro, y es que la vida es un breve e intenso viaje, lleno de posibilidades y momentos inesperados, y para disfrutar de ella debemos adoptar una abierta actitud, ubicarnos en el presente, tomar conciencia del momento, y buscar el objetivo de hacer las cosas que de verdad te gusten.

Y es que el tiempo es nuestro más valioso bien y por tanto cada día podríamos preguntarnos por lo que hicimos y si ciertamente hemos buscado el máximo provecho y vivido con intensidad cada instante de modo que tomando conciencia de la realidad, no preocuparnos por el tiempo perdido, sino por, y a partir de ahora, no perder el tiempo y aprovechar el que tenemos en nuestras manos.

No dejando para más adelante aquello que alguna vez nos hemos planteado que íbamos a realizar, por lo que vuelvo a mi biblioteca y miro esa extensa obra de siete volúmenes y de cuatro mil palabras que está en la cola de mis libros pendientes de lectura titulada En busca del tiempo perdido, y que he ido demorando desde hace tanto y la miro, y me mira, y vuelve a su sitio, y me digo que ese libro complejo y arduo en donde imagino suceden pocas cosas y el diálogo puede que sea casi inexistente pero en el que la belleza de la prosa rimará con la profundidad de ideas y pensamientos será mi próxima lectura puede que quizá.