La fascia es un tejido denso, fuerte y flexible que rodea todos los órganos, huesos y músculos de nuestro cuerpo permitiéndoles mantenerse en su correcta posición y funcionamiento. Una especie de red muy elástica.

Pese a su enorme importancia para nuestro bienestar físico y psicológico, hasta hace poco tiempo, el tejido fascial ha sido un gran desconocido para los investigadores, quienes se habían centrado en analizar con mayor atención el tejido muscular. Quizá por ello, dolencias como la fibromialgia aún siguen sin encontrar una cura.

Para que nos hagamos una idea de su importancia, digamos que tanto los traumatismos físicos como los traumas psicológicos pueden generar daños directamente en el tejido fascial, creando líneas de fuerza y deprimiendo su calidad, lo cual, a su vez, deteriora progresivamente la salud integral del ser humano, como un círculo vicioso.

Por otra parte, la medicina y filosofía orientales han otorgado gran importancia a la fascia por su permeabilidad, plasticidad y continuidad, concibiéndola como un canal fundamental para la circulación de la energía (chi) y de las vías energéticas empleadas por la acupuntura.

Desde la perspectiva psico-corporal, en este tejido se almacena gran parte de la memoria celular de nuestra vida emocional. De hecho, cualquier trastorno psíquico como el estrés, el miedo, el enfado, la ira, la depresión, o cualquier emoción negativa producen una tensión y acortamiento del tejido fascial. Tales circunstancias provocan dolores y molestias en diferentes partes del cuerpo, y no necesariamente en el área comprometida. Ello ocurre porque la fascia, que se extiende por todo el organismo, puede generar ecos en zonas alejadas.

Otra característica importante es que, para su correcto funcionamiento, la respiración juega un papel fundamental. Por ello, las técnicas bioenergéticas que tanta importancia otorgan a la adecuada oxigenación de nuestro cuerpo, son tan apropiadas para cuidar este sistema.

Al encontrarse las investigaciones acerca del sistema fascial aún en sus inicios, surgen muchas conjeturas y teorías, algunas de las cuales apuntan a que es muy posible que estemos llenos de energía psíquica y cuando esta se reprime o no asimila del modo correcto puede generarse una acumulación de estrés en el cuerpo. De hecho, analizando la microestructura del sistema fascial, encontramos una importante red nerviosa que parece tener «actividad propia», la cual podría influir directamente en el desarrollo de fibromialgia, una enfermedad que genera fuertes dolores a quien la padece y cuya causa sigue siendo un misterio. Nos encontramos, por todo lo dicho, ante un fascinante y poco conocido sistema que podría encerrar la respuesta a muchos de los misterios que aún quedan por desvelar acerca de nosotros mismos.