La idea en positivo sería obedecer su nombre y hacer una plaza nueva. Nunca me gustó la pecera. Pequeña para los peces, inaccesible para los que tengan cualquier problema de movilidad y no muy estética, no se veía muy bien esa supuesta reproducción del biotipo de la bahía alicantina. Además tapaba algunos comercios y ese hueco para bajar era peligroso. Además creo que una ciudad como Alicante, que tanto le debe al mar, no puede tener tan pobre homenaje a su gran vecino azul.

Hay grandes acuarios e interesantes centros de investigación marina que, como el IEL Instituto de Ecología Litoral, deberían tener unas instalaciones más acordes con la importancia de ser la primera reserva marina del Mediterráneo, Tabarca o deberle tanto al mar y reconocer la actividad turística, pesquera y mercantil de sus puertos.

Alicante, El Campello, Santa Pola, Elche, podrían ser referentes por su costa y bahía de un Mediterráneo cuidado, investigado y abierto a su estudio y a su óptima conservación. Hubiera sido una buena inversión la Ciudad del Mar ya que la de Luz resultó estar fundida desde su inicio.

La Plaza Nueva decía, ¿qué hacer? En general tengo que decir que en pos de reducir costes, las plazas se han despoblado de verde, esto es un gran error, los árboles y los jardines son la razón de ser de esos espacios de encuentro. En las grandes ciudades puedes encontrar verdaderas maravillas de jardines en espacios muy reducidos. Hay que ilustrarse y reconquistar las plantas autóctonas y ponerlas allí donde se pueda. En la que nos ocupa, ¿y si quitamos el mamotreto y dejamos un mar debajo, un suelo o pantalla pisable, donde se proyecten imágenes de los fondos marinos y donde se promocionen nuestras playas, nuestra illa, nuestro ecosistema costero? Seguro que no muere ningún pobre pez de inanición o frío y seguro que seguiría siendo un punto de atracción para los negocios de la zona. De noche bien iluminado quedaría precioso, digo yo.