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Manolo Alarcón

Desiré

Esta semana me he hecho fan de Desiré, una discapacitada de la que conocía su increíble historia desde hacía un año. Y es una historia, como tantas otras, de superación sin más apoyo, respaldo ni reconocimiento que el que se da y le da su familia. Estudia un ciclo superior en un instituto de Elche al que cada día la lleva su padre, desempleado, que se encarga de tomarle apuntes, de hacerla entenderse con el mundo y de estudiar con ella. También la ayuda a hacer los exámenes. Es su sombra, es sus manos, es su voz. Se comunica con destreza por WhatsApp porque esta sociedad de consumo y de manirrotos ha sido incapaz de proporcionarle un sintetizador de voz pese a conocer de sobra su caso y el grado de su discapacidad. La familia vive en un barrio humilde y su caso conmueve a profesores y compañeros de clase, aunque sería difícil admitir que con sus limitaciones tiene lo que se conoce como amigos-amigos. Hace algunas semanas salió de su vida de anonimato. Seleccionada para los Paralímpicos de Río en bocha, un deporte mixto por equipos parecido a la petanca, el alcalde de Elche, Carlos González, la despidió en el Ayuntamiento. Viajó con el resto del equipo nacional sin acompañante porque su familia no se lo podía pagar. Sin nadie que le ayudara a mover su silla de un lugar a otro, a comer, a acostarse,... me preguntaba si el día de la inauguración la vería tras el abanderado. Y sí, por allí salió. Iba delante. Con su traje de la Selección Española, con un elegante sombrero y acompañada por otros dos deportistas que la llevaban en volandas. Tenía una cara de alegría desencajada y, por un segundo, me puse en la piel de una persona que, pese a todas las adversidades, tiene esa dulce sonrisa. El sábado y el domingo seguí los resultados de los dos partidos. En ambos perdió. Me hubiera gustado que ganara una medalla sólo para que todo el mundo pudiera saber de ella. Aún y así, tuvo su premio en esa inauguración cuando entró al estadio Olímpico por la Puerta de Maratón y se sintió, por un momento, la persona más feliz del mundo. Qué triste que esta sociedad sea incapaz de verlo y de ayudar a ella y a personas como ella. Quizá por ello, sólo por ello, sean héroes, y algunos tengan fans.

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