Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tomás Mayoral

Mal momento, si importara

Si el PP fuera un partido normal con un líder normal y con menos dosis de cemento armado en la cara visible de su imagen de marca política, el anuncio de que imputan a Rita Barberá por blanqueo de capitales debería ser el comienzo de una catarsis de dimensiones cósmicas. Por el hecho en sí y para sí y porque todo esto cae en muy mal momento, aunque a priori ninguno fuera bueno para semejante mazazo.

Mal momento porque la decisión del Tribunal Supremo reparte generosamente balones de oxígeno entre las posiciones más comprometidas en las imposibles negociaciones para sacar adelante la investidura, dando alas a un Rivera al que se le abre el cielo de nuevo para reivindicar que él quiere, «pero con gente así ni a pescar», o a un Pedro Sánchez que ensaya con suficiencia, cara a su parroquia, el trigésimo noveno «Os lo dije».

Mal momento también porque, mira tú por dónde la coincidencia, hoy mismo empieza el debate del estado de esta Comunidad donde acaecieron, entre otros, los hechos que han llevado a Rita a esta situación imposible. Una Comunidad asfixiada desde Madrid por los mismos que antaño la asfixiaron desde aquí. Mucha tila va a tener que tomar Bonig para presentarse hoy serena y combativa a intentar convencernos de que el pacto que al menos puso coto en la Generalitat a aberraciones como las que ahora el Supremo pone en la picota es intrínsecamente malo. Ximo Puig y Mónica Oltra verán como su argumento de que fue el PP quien ha destrozado la imagen de la Comunidad en España, que ahora los partidos del Botànic intentan recomponer con paciencia de arqueólogo, toma una consistencia cercana a la de la piedra berroqueña. Aunque una herencia política tan envenenada pueda justificarlo todo y tapar carencias propias que parecen motas en un mar de polvo.

Sí, sería muy mal momento para que el PP abandone en caída libre a otro de sus iconos, como va a hacer. Mala ocasión para que Rajoy recupere su mejor forma y le diga a Barberá que «sea fuerte», en estos momentos de aflicción, mientras le deja la cicuta en la cabecera de la cama. Incluso es mal día hasta para dejar de fumar.

Malo para todo... si importara. Pero no importa. A Rajoy le da palmariamente igual este pequeño accidente y al PP, si es que a día de hoy queda PP fuera del perímetro del presidente en funciones, le resulta indiferente. Arriola y el CIS dicen que todo va bien. Y eso hoy es palabra de Dios.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats