Con la inestimable ayuda de la concejala Julia Angulo, de Guanyar-Podemos, o lo que es lo mismo la confluencia de los podemitas en nuestra ciudad, el nepotismo ha cruzado el charco, concretamente a Esmeraldas, población ecuatoriana de la que es originaria la mencionada edil. En un año en que las exportaciones siguen la tendencia marcada por el pasado 2015 en las que crecieron un 4,3%, alcanzando un máximo histórico, ya nos permitimos el lujo no solo de exportar bienes de equipo, sino también nepotismo, que no es más que la desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos.

Es lo que le faltaba a este tripartito divisible por muchos más, a esta alcaldía tuitera, a este vicealcalde que sigue sin aceptar su rol, a esta cacofonía política instalada en el consistorio. Es la guinda para el pastel de sus calamidades, de sus intensas contradicciones. Tras hacer sus pinitos en el nepotismo interno, ahora se hacen internacionales y lo llevan hasta Ecuador, donde Correa y su partido imponen su rodillo, que llega hasta Esmeraldas, donde Lenin Lara, el alcalde gobierna con la inestimable ayuda de Danys Cecilia Angulo, hermana de la edil del ayuntamiento alicantino Julia Angulo, población a la que la de Podemos-Guanyar ha puesto en el mapa tras donar una serie de vehículos a cargo del Ayuntamiento de Alicante, sin advertir a sus mayores de su vinculación familiar con la política de la población ecuatoriana. Otro dislate más por unos camiones de basura, unos autobuses y un intento de hermanamiento.

Este desagradable incidente no es más que otro que va llenando el saturado cesto de las veleidades y contradicciones de esta llamada nueva política, que no deja de tener los mismos tics de la denostada vieja política. Ni ellos ni los que les apoyan se han dado cuenta, o no se quieren dar, de que no existe ni vieja ni nueva política, únicamente existe la política y con mayúsculas, que es precisamente todo lo que no han venido haciendo durante este lamentable y tedioso largo año de gobierno municipal. Siguen sin resolver, ni se atisba solución a corto o medio plazo, los más importantes problemas de la ciudad, que cuando no ocupaban los despachos de poder denunciaban a voz en cuello y con crudeza inusitada, y para más inri nos implican a los ciudadanos en todos sus rifirrafes que suelen tener como consecuencia más desgobierno, y una ciudad cada día más desatendida.

Las ratas del casco antiguo son testimonio de la desidia de un equipo de gobierno y un alcalde que llegaron tras los comicios a un acuerdo, el tiempo va dando y quitando razones, con el único fin de que la derecha personificada en los populares no gobernara, aunque para su vergüenza les ganara a todos y cada uno de ellos. La boca se les llenaba a algunos gritando en los mítines que estando ellos no iban a soltar un euro más al señor Ortiz. El mismo que lo proclamaba sigue firmando talones a favor del promotor de cientos de miles de euros. Con ellos se habían acabado las malas prácticas, proclamaban. Sin embargo, lo que lamentablemente todavía está por llegar son las prácticas, los hechos, las tomas de decisiones, la soluciones que velen por el bienestar de la población. De ellos, por el momento, las escasas tomas de decisiones han acabado en trifulcas entre sí mismos y en origen de protestas vecinales, y como mucho en remedos del pasado popular como el intento de peatonalizar Maisonnave o la ciclo vía litoral.

El rajar de los demás a troche y moche tiene estos inconvenientes, que luego, por mucho que lo quieras edulcorar, tienes que hacer frente a situaciones como la que ha propiciado Angulo con su ocultamiento de lazos familiares con los receptores de los vehículos municipales. Seguramente y en otras circunstancias, este incidente habría pasado desapercibido, y como mucho todo el mundo entendería que los autobuses y camiones de basura iban a redundar en beneficio de la población de Esmeraldas y en ningún caso en el de la hermana, y ahí quedaría todo, en un equívoco, en un malentendido, en una ambigüedad bien intencionada. Pero el maldito listón moral que has puesto para el resto de los mortales al final acaba pasándote factura, y por mucho que lo intentes la altura es tan disparatada que ni nuestra oro olímpico Ruth Beitia lograría superarlo.

El nepotismo llevado al paroxismo tiene estas cosas, que es como el embarazo, que se está o no se está embarazada, por tanto, ya no vale aquello de que total la hermana no se beneficia directamente de la entrega de los vehículos, pues su beneficio no radica ya en la esfera privada, sino que va directamente a la de la política, sobre todo al descubrirse que Julia también pertenece al partido de gobierno de su lugar de procedencia. Favores políticos en concesiones públicas que sin baremo podrían estar perjudicando a terceras poblaciones en las que no se den estas conexiones familiares y políticas. La aplicación de los principios se intenta desvirtuar cuando el objeto es uno mismo. Pero ahora ya no vale aquello de tengo estos y si no nos sirven, aquí traigo otros.