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Marc Llorente

Poética investigación

Les puede saber a poco a quienes conozcan la vida y la obra de la pintora mexicana Frida Kalho (1907-1954) y vean este «lenguaje físico y poético de investigación». Y a los que no la conozcan les sabrá a menos quizá. «Otro teatro es posible» es el lema del Centro Internacional de Investigación Teatral, que promueve en Sevilla la relevante compañía Atalaya. Un espacio de exhibición, producción y formación en el que se gestó Alcubo Escena hace unos tres años y que tiene su ubicación en Elche. La autora y actriz Elileia Olivas es la responsable del poético texto inspirado en la historia de la célebre mexicana, cuyo rebelde grito contra la opresión se une a su arte expresionista, popular, surrealista y metafórico, reflejo de su sensibilidad y de las dolorosas circunstancias que marcaron su existencia. Mediante la pintura exorcizaba la angustia, el choque entre los sueños y la realidad. Así, Frida: trazos de un mar interior tiene lugar en un entorno con caballetes y vestimentas inspiradas en el folclore de su país. Que han contribuido a construir el mito del personaje. La palabra de Elileia Olivas evoca ligeramente la trayectoria de esta mujer, y la expresión corporal quiere dar vigor a los elementos visuales, reforzados por el diseño de luces, el sonido y la música, en una fusión de técnicas en la onda del perfomance, pero sin que el proyecto multidisciplinario tenga la altura que nos proponen. La presencia un tanto fantasmal de Aisa Boaa y la dirección de Sario Téllez alimentan los interesantes propósitos, aunque se echan en falta las ilustraciones de sus cuadros e imágenes que potencien el rumbo. Ahora bien, se ve su coqueteo con la muerte o la hoz y el martillo. Narra vivencias, reflexiones y sufrimientos. «Intenté ahogar mis penas pero ellas aprendieron a nadar». En eso se basa el montaje visto en Alicante a Escena.

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