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Antonio Sempere

José Fernando

Decir José Fernando en Villena, y en el ámbito festero, es decir José Fernando Domene Verdú. El pregonero de este año. Que salió al balcón del Ayuntamiento a la hora convenida, y llegó, vio y venció... porque convenció. De la primera palabra a la última. Con emoción y una rigurosa documentación. El pregón de José Fernando fue como una mascletá. Comenzó suave, haciendo hincapié en aspectos históricos que dan solera a la ciudad que le vio nacer, esa que cuenta «con el castillo más bonito de cuantos se yerguen en pie de toda España», para cobrar más y más fuerza a medida que pasaban las minutos y las centenarias fiestas de moros y cristianos se convertían en el argumento principal. Unas fiestas, reivindicó el pregonero, que son las más participativas de todo la geografía festera. Porque no hay que ser necesariamente pudiente para formar parte de su organigrama. Unas fiestas, recordó el pregonero, en las que incluso los capitanes y cargos de las comparsas no se distinguen del resto. Y no van en carroza. Desfilan a pie. Como todos. Y cuyos desfiles cuentan con la singularidad de que un solo cabo guía a bloques inmensos. Con alegría incontenible. Con brío. Y en muchas ocasiones con una música festera escrita por y para Villena. José Fernando Domene Verdú pronunció un pregón impecable por el que no paró de recibir felicitaciones mientras se producía el primer acto festero, la Fiesta del Pasodoble, realizado por vez primera el 5 de septiembre de 1917, recorriendo la Corredera en calidad de ritual centenario. Y es que como comentaba el alcalde, Javier Esquembre, en los días previos, no sólo José Fernando se merecía ser pregonero; es que Villena se merecía un premio como el de tener como pregonero a José Fernando.

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