Rajoy se va de visita, en funciones, a Hangzhou en China a participar en la cumbre del G-20. Creado en 1999, está integrado por los países del G-8 (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Rusia) y los emergentes, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía. Además asisten los representantes de la Unión Europea, la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) y el FMI (Fondo Monetario Internacional). El G-20 agrupa el 90 por ciento del PNB (Producto Nacional Bruto)mundial, el 80 por ciento del comercio global y dos tercios de la población mundial. El Grupo surgió como respuesta a la crisis financiera de finales de los 90 y para dar voz a los países emergentes, cuyo tamaño o importancia estratégica influyen en la economía globalizada. Inicialmente era un foro de diálogo entre ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los países miembros. A partir de la crisis de finales de 2007 se han celebrado cumbres extraordinarias en la que han tomado parte jefes de Estado y de Gobierno. La primera de estas cumbres extraordinaria fue convocada por la Casa Blanca, con el fin de rediseñar el sistema financiero mundial, inmerso en una grave crisis desencadenada principalmente por las hipotecas de alto riesgo- subprime- estadounidenses. Finalizó con una extensa declaración de principios y propuestas de reformas de los mercados financieros. A España -con Holanda y Chequia- se le considera como un invitado permanente a éstas cumbres desde entonces, en la época de Zapatero -con Bush de presidente USA- en que consiguió ese estatus gracias a las gestiones diplomáticas. A pesar de las burlas que el PP hizo entonces, ahora puede acudir Rajoy.

Se ha convertido en la plataforma mundial mas importante de coordinación de políticas económicas, especialmente en la gobernanza a largo plazo. Buscan consensos entre los países mas ricos y los emergentes, no son acuerdos obligatorios pero marcan las grandes líneas estratégicas de la economía mundial, ha buscado mejorar la coordinación en las políticas de crecimiento, la gestión de crisis financieras y la reducción de los abusos y actividades ilícitas en el sistema financiero; mejorar el nivel de transparencia e intercambio de datos entre países para combatir la evasión fiscal, el «blanqueo» de dinero y la financiación del terrorismo.

En la cumbre en China se busca reforzar la frágil recuperación económica, el tema «Hacia una economía mundial innovadora, vigorizada, interconectada e inclusiva» pretende romper con el modelo basado en el estímulo financiero y las políticas monetarias flexibles, mediante estrategias de crecimiento impulsadas por la innovación, la nueva revolución industrial, la economía digital, y la reforma estructural. En el primer aspecto, el estímulo financiero, la presidenta de la Reserva Federal Americana (FED, el banco central de EE.UU) Janet Yellen viene anunciando la próxima subida de los tipos de interés de la deuda. Actualmente están en cero o incluso en tipos negativos en Europa. La entrada masiva de liquidez ha sido una herramienta básica para superar la crisis, pero puede poner en serios problemas a entidades financieras si se mantiene mucho tiempo.

Las nuevas estrategias de crecimiento se basarán en los diez objetivos que explicitó en según declaró en mayo el ministro chino de Exteriores Wang Yi: entre otros la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, los acuerdos de París sobre el cambio climático: potenciar las energías renovables y reducir o eliminar los factores contaminantes y causantes del cambio climático. La propia China y Estados Unidos, los dos países que mas contaminan se han comprometido a reorientar su crecimiento e ir basándolo en las energías solar, eólica, biomasa, etcétera. China mira a países desarrollados como los de Europa en cuanto a tecnologías verdes y experiencia, las economías desarrolladas pueden contar con las ventajas competitivas en crecimiento verde de un mercado ampliado. Y en particular se ha hablado de las economías europeas como Alemania, Francia e Italia, países que han dispuesto de una ventaja en lo que se refiere a la eficiencia energética. Igual el presidente en funciones, Mariano Rajoy, aprovecha el G-20 y les explica a los presidentes de gobierno el frenazo a las renovables, en que España era puntera cuando Rajoy llegó al cargo, o el «impuesto al sol» que penaliza la producción doméstica de energía solar. Ahora dice en el pacto con C's que lo va a quitar. Habrá que verlo. En cualquier caso sería interesante conocer la explicación, porque haberla, hayla. Seguro.