Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde mi terraza

Luis De Castro

«O yo o el caos»

Esto es lo que vino a decir Mariano Rajoy en su discurso de apertura del debate de investidura el pasado martes. El Presidente del Gobierno en funciones repite hasta la extenuación que el partido que preside sacó el mayor número de votos en las últimas elecciones, segunda de esta fallida (por ahora) legislatura. Y su afirmación es incuestionable, si no fuera porque a continuación debería añadir que es consciente de que la suma de todos los partidos opositores da como resultado más votos que los obtenidos por el PP. Lo que puede percibirse como injusto no es más que la letra de esa Ley Electoral que se resiste a modificar, que de poco sirve si esos partidos opositores no consiguen un acuerdo que desbloquee la situación; Podemos mantiene su postura a favor de un referéndum en Cataluña sobre la independencia, y el PSOE rechaza taxativamente dicha postura. Así las cosas, todo hace prever que nos encaminamos hacia unas terceras elecciones; y hay quien opina que eso es precisamente lo que el Sr. Rajoy pretende, en la seguridad de que llegados a ese punto (con votaciones el día de Navidad) arrasaría, dada la fidelidad de los votantes del PP y dado el cansancio del pueblo llano ante esta situación, y que en gran número no acudiría a las urnas. De ser esas las intenciones del PP, solo se puede pensar que la política está pervertida, que todo está pactado de antemano, y que en el cacareado triunfo de la política económica y laboral se olvida el presidente de que el exitoso apartado del Turismo produce beneficios entre otras cosas porque se paga a 20 céntimos hacer una cama, y el sueldo de un camarero es muy inferior al que percibía hace diez años.

No conocemos en profundidad el contenido del pacto firmado con Ciudadanos, pero todo hace pensar que las exigencias o aspiraciones del partido naranja han quedado muy mermadas. Y sin embargo se firmó el pacto, misterios de la alta política. El manifiesto firmado por 750 intelectuales y destacados personajes de la vida pública reclamando justicia social, mayor igualdad y atención a los pilares básicos del estado del bienestar (derechos fundamentales, sanidad, educación?) servirá de poco porque lo que se adivina es una política continuista? maquillada. Inútil volver al tema del IVA cultural, que no le quita el sueño a ninguno de los partidos políticos, y que su posible bajada parece que dependerá de la coyuntura económica. Estamos donde estábamos. Harto ya de estar harto de tanta palabrería, déjenme que vuelva a mi tema predilecto: el teatro. Y es que esta semana se han producido dos acontecimientos a destacar; el primero es el buen arranque de ese Festival de Teatro Clásico que con el calificativo de «Primer» se acaba de celebrar en el Castillo de Santa Bárbara, y contrariamente a lo que yo pensaba, ha contado con una más que notable asistencia, a pesar de la falta de «estrellas», y facilitará la difícil continuidad que se practica en esta ciudad. El segundo es -para mí- el regreso a las tablas de una inconmensurable actriz que llevaba varios años en un voluntario retiro: Julia Gutiérrez Caba (acompañada de un buen actor como es Miguel Rellán) se acaba de reincorporar al teatro activo con la obra Cartas de amor, del norteamericano A.R.Gumey, y que desde su estreno en 1988 siempre fue interpretada por estrellas de la talla de Lauren Bacall, Mia Farrow, Carol Burnett? siendo la última representación hace dos años en Francia con Anouk Aimé y Gerard Depardieu. En España se vio a principios de los ochenta interpretada por Analía Gadé y Alberto Closas. Así que los amantes del buen teatro, de las buenas interpretaciones estamos de enhorabuena; y el seguimiento atento de la política nacional no debe hacernos abandonar el hecho teatral, creado desde tiempo inmemorial para hacernos pensar. Vaya al teatro, Sr. Rajoy, que le ayudará a salir de su ensimismamiento para beneficio de todos. Y feliz regreso, doña Julia.

La Perla. ... «¿Saben por qué ha vuelto la gente al teatro? Porque el teatro no trata de nada en concreto, trata de la vida. Es la vida» (Peter Brook, director teatral inglés).

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats