Esa es la palabra que empleó un concejal del PP de Torrevieja en una red social para calificar al gobierno municipal. Sobra decir que los concejales del equipo de gobierno no tienen nada en común con la ideología italiana de extrema derecha fuertemente vinculada a la violencia, el racismo y otras imposiciones de corte moral, religioso o político.

Pero he aquí un triste ejemplo de cómo se está gestionando la política en nuestra ciudad donde con tal de desgastar al adversario todo vale. Llegando incluso a banalizar un hecho histórico que costó la vida a millones de personas durante el pasado siglo.

Tal vez el error sea mío al esperar un mayor nivel de responsabilidad de quienes tienen en su mano contribuir a mejorar la vida de todos los torrevejenses. Pero es que desde que el Partido Popular perdió la mayoría absoluta, han trabajado por laminar la gobernabilidad de nuestro municipio sin ofrecer una alternativa realista para la mayoría de cuestiones que nos afectan, siendo muchas de ellas heredadas de los mandatos de Hernández Mateo y Eduardo Dolón.

Sin embargo, no voy a mirar al pasado ni a exigir al PP un análisis de conciencia y entonar el «mea culpa» por sus políticas de despilfarro o por su falta de transparencia. Pero sí les voy a exigir como torrevejense que miren al futuro y que se tomen más en serio su labor. Quiero que hagan oposición y que realicen propuestas. Critiquen todo lo que consideren oportuno, pero no a cualquier precio. No todo vale y la banalización de las ideologías totalitarias es un abono de rápido efecto para su crecimiento y, francamente, España ya tiene suficientes problemas.