Queridos amigos, permitidme que en esta ocasión tenga la osadía de «cacarear» a los cuatro vientos que acabo de cumplir -ayer- los nada desdeñables 49 añitos de vida, y con tal solemne motivo, aunque a alguno y alguna le pese que siga viva seguro? y muyyyy viva, tenga a bien enumerar lo que creo que, a estas alturas, pienso y siento, y digo porque ya me la trae al pairo todo, o casi todo? Así que me he propuesto una lista de las que hacía mi querido amigo Ricardo Regalado que, junto a la «black list» elaboraba croquis filosóficos de cada cosa que la vida le ponía por delante, con un humor que cada vez hecho más de menos, ese círculo de «happiness» friends que nos unía de corazón a todos y recorría el camino conmigo y con los demás. Allá va. Podemos comenzar por el propósito de «sé feliz y no mires con quién». Pero, a estas alturas yo matizaría, y mira bien con quién, que un traspié ahora, darling, es la pera limonera? Podríamos seguir con la terrible sugerencia de confeccionar una buena lista de black y white, solo que para una hay que utilizar un rollo de papel similar al largo del pliego del wáter y a la otra con una cuartillita rasada me da que me paso de largo? ( y eso que lo haré con mayúscula, jejeje). Luego se me antoja una de deseos (esa sí que es larga), papiro mediante del Cairo cual escribano podría hacer dos entregas de Pillow Book y sin Greenaway, es decir, me falta espacio? entre medias me temo que toca, como Sexo en NY, enumerar desde tu divorcio los desamores y amores, que en el caso de una (para asombro de alguna que se llevará las manos a la cabeza incrédula) está más bien superinclinada por la primera que por la segunda? porque ciertas mujeres estamos ya duchas en el arte de que salgan zumbando a la primera que estrenas modales y fondo (y eso que siempre va la frase de «sé tú», ay! cuánto daño ha hecho Walt Disney?). Para seguir avanzando, una sugerencia fantástica es empezar a expresar lo que realmente piensas. Esta sí me parece revolucionaria, y cual Fanny Ardant en Subway, plantarte el día menos pensado encima de la mesa de cena de los burgueses de turno que te toque en ciernes y bailarte un zapateado con pies descalzos y desafiantes, ese gesto que a cierta edad te pone todo y más. Otra, empezar a vivir para ti, y no para toda la concurrencia, el mundo, las obligaciones fatuas (las de verdad siempre son prioridad y deber...) y comprarte un librito que reza El poder del NO, jopé qué obra maestra de la literatura psicológica de librería y bolsillo de viaje cualquiera. Ese tipo de panfletillos que te compras en un «bajón» y luego se te asemejan al mismísimo Faulkner por lo bien que te lo lees ? jejje. Y sigo, releer a J.D. Salinger y ponerte en la mesilla El Guardián entre el Centeno para no perder el sentido de la realidad, en un momento en que la vida la supera con creces y más. Y en la misma línea, añadiría un pedazo de confesiones de Adolfo Suárez que, con el tiempo, está dejando claro que la mediocridad es la norma de los que nos gobiernan y los que opositan a ellos. Qué panda, señor? Para seguir plantarte un bono del gym y cual «libélula veloz» establecer un contacto casi tridimensional con esteticista, médico estético, dietista, y sobre todo un gran preparador personal que, si puedes, de paso esté como «un queso» y te alegre como a Carrie Bradshaw el día. Y sigo, aprender de Bridget Jones dos o tres lecciones, y de La Regenta alguna también (es lo que tiene releer a Leopoldo Alas Clarín y darte cuenta de lo que se ha perdido el cine mundial?), sobre el reciclaje mental, la bien llevada resignación cristiana trasmutada en dosis de helado de Haagen Dazs sobre sofá y serie lacrimógena con amigo gay de buen proceder? ahh y pañuelitos varios. Sesión de Sonrisas y Lágrimas o mismamente Priscila Reina del Desierto y como colofón Mamma Mia. Si sobrevives a esto, ya estás lista para el mundo real, sí o sí... Y sigo, amor de madre mediante a tope, seguir enamorándote de las prendas (niños o niñas o ambas cosas) que Dios y tu capacidad de hacer naturaleza te dio para bien del futuro. Porque, cada vez lo tengo más claro, como tú, mi Álex Peral, poco habrá en esta vida, o casi nada. Aprender de ellos, vivir con y a través también de ellos esa visión de la vida que sólo te da sus ojos vivaces y ávidos de saber, de conocer y transmitir, milagro mágico como ninguno. Y por último, porque podría hacer una epistolaria y quedarme nueva, no soportar nada que no te dé la gana, trabajar en lo que puedas, te dejen y además, si puedes también, te enamore y te guste, y sobre todo, jamás perder la esperanza de que lo que hay fuera es maravilloso, especial, único y genial como la vida misma, esa que nos ha dejado cumplir estos 49 y si se tercia, amenaza con muchos más, y que sean, por favor!!!?. Feliz domingo de agosto con ganas?