Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Semana y media

Andrés Castaño

Tiburones, lobos y políticos

Lunes

BANDERA ROJA

Los ilicitanos hemos irrumpido en los informativos con el ataque de un escualo a un bañista en Los Arenales. He escrito prudentemente «escualo» ya que la primera versión del incidente que escuché durante el desayuno fue que un tiburón había despedazado a una mujer llamada «Tintorera». Aunque al poco quedó aclarado que la agresora era una tintorera y la víctima un cuarentón con una respetable mordedura en la mano, ya era tarde para detener la avalancha: en cuarenta y ocho horas se han avistado muchos más tiburones que en el rodaje de Spielberg y los escasos bañistas son jubilados que se sumergen precavidamente hasta los tobillos. Por cierto, un paisano también es noticia nacional ya que ha logrado capturar todos los «pokemons», una hazaña que se creía al alcance sólo de los asiáticos por causas que me niego a indagar. Entrevistan al muchacho y éste brinda la receta de su éxito: jornadas de quince horas con su bicicleta recorriendo parajes como un Hernán Cortés con portátil por la jungla azteca. Un biólogo marino cree que la tintorera ha huido aterrada y casi entiendo al bicho.

Martes

NUMANCIA

«Salgo mucho más preocupado que cuando entré». Pedro Sánchez probablemente no ha ponderado el efecto que tendría su veredicto tras la reunión con Rajoy: en cuanto ha utilizado por tercera vez esa melonada de «las derechas» para endosar la investidura a un inverosímil pacto entre PP, Ciudadanos y separatistas, todos los periodistas presentes también han comenzado a sentirse mucho más preocupados que antes. Preocupados por Sánchez, naturalmente. El meollo de tanta pirueta retórica y malabarismo táctico es que incluso el autor de los discursos de Donald Trump sabe que el PSOE debe elegir entre abstenerse o concurrir a unas terceras elecciones embreado y recubierto de plumas por ser el culpable de su convocatoria. Pero, como parecen extraordinariamente remotas otras elecciones y el PSOE sigue chapoteando sin que le amilane el hartazgo del respetable, Sánchez podría toparse con que un plácet a Rajoy otorgado en el último minuto de la prórroga suponga mayor desgaste que haber afrontado lo inevitable desde el primer momento con propósito constructivo y prevención de daños.

Miércoles

EL PARTO DE LOS MONTES

Todo ha quedado perfectamente claro: Ciudadanos sigue encastillado en la abstención, pero ha comenzado a negociar los presupuestos con Rajoy. Fue un episodio de enajenación mental la alianza con Pedro Sánchez y una estridencia suicida ampliar el veto durante la campaña electoral a la mitad del consejo de ministros. La prensa madrileña había comenzado a llamar «Riverita» a Albert Rivera y esto siempre es un mal presagio en aquel lupanar de zascandiles con firma y escribanos por cuenta ajena. Por conveniencia táctica, Rivera había actuado hasta ahora a rebufo de media docena de periodistas que pretendieron influir decisivamente en Rajoy haciendo bueno el aforismo de Baldwin sobre cierta clase de periodismo («poder sin responsabilidad, prerrogativa de la ramera») y desarrollaron tras su fracaso una obsesión patológica que Rivera verbalizaba, con menguante convicción, en un veto personal que el electorado evidentemente no ha asumido. Despejada así con reservas la incógnita de Ciudadanos, queda por esclarecer el «enigma Sánchez», un interminable docudrama que ya ha agotado los nervios del editorialista de El País.

Jueves

UN HOMBRE LLAMADO LOBO

Un bebé aún, al que sus tozudos padres han logrado inscribir con ese nombre con argumentos tan impecables como que habiendo «Leones» no se entiende porqué debe perseguirse a los «Lobos». Esta es también la opinión de Ester Colero, una venerable ancianita que comprende la trascendencia de los nombres propios por motivos evidentes y añade un dato incontestable: el santoral ha sido superado por nuevas tendencias patronímicas. Y es que estamos a cinco minutos de que aparezca una niña llamada Beyoncé de Todos los Pikachus, que indudablemente mejoraría a Aristarco, Eufronio y Onofre, los santos varones que conmemoran hoy algunos infelices a quienes sus progenitores condenaron en la pila bautismal a una vida disfrazada de apodos y diminutivos que amortiguaran la realidad de su D.N.I. Cuando a Espartero le ofrecieron la corona, la rechazó horrorizado: «Piensen en un rey llamado Baldomero Primero». Quizá entonces comenzó la perseverante decadencia de los Ursicios, Canutas y Progresos. Para desesperación de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sólo quedan veintiocho Progresos en España.

Viernes

LA PIRA OLÍMPICA

Queda fuera de toda duda que los Juegos Olímpicos «siempre» enriquecen a una minoría difusa que engloba a patrocinadores, intermediarios o contratistas, pero es discutible que beneficien forzosamente a la ciudad que los aloja. Esto no guarda una relación necesaria con su rentabilidad y ahí está el ejemplo de Barcelona, que celebró unos juegos deficitarios que no obstante impulsaron el desarrollo de una metrópoli envidiable. El caso de Río de Janeiro parece acoger la peor de las hipótesis: un acontecimiento fuera de las posibilidades del anfitrión que empeorará la calamitosa situación de los brasileños, el tipo de inversión ruinosa que es propia del poder político en entornos depauperados y sólo contribuye a engordar las alforjas de quienes ya podían permitirse el lujo de tenerlas. El espíritu olímpico luce logotipo, los divos del profesionalismo comparecen por compromisos publicitarios, los horarios se ajustan a los de la audiencia en las antípodas que quiere almorzar mientras dos chinos juegan al ping-pong en la madrugada brasileña y la ceremonia inaugural se celebra en un estadio de fútbol y no de atletismo, la confesión tácita de que «citius, altius, fortius» ya es sólo otro eslogan y no un lema. Cuánta melancolía.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats