Sidney 2000, últimos JJOO del milenio, volvieron a colocar a España detrás de los países de su entorno. 11 medallas menos que en Barcelona y 6 menos que en Atlanta desinflaron la euforia desencadenada en el 92 y enfriada en el 96. ADO había reducido drásticamente su presupuesto y eso se notó. Esperanza Aguirre y más tarde Mariano Rajoy, al frente del ministerio de Educación y Cultura, tenían otras prioridades. El Secretario de Estado para el deporte, que en aquel momento era Juan Antonio Gómez-Angulo, había declarado sin tapujos, en su toma de posesión, que era un entendido en asuntos taurinos. Hasta el punto que en junio de 2012 el ministro de Educación, José Ignacio Wert lo designa Presidente de Comisión de Trabajo para el Fomento y la Protección de la Tauromaquia.

En judo Isabel Fernández entró por la puerta que habían abierto Miriam Blasco y Almudena Muñoz en la Ciudad Condal y aportó el oro a la escasa cosecha española, mejorando su bronce de Atlanta. La «superwoman» japonesa Ryoko Tamura, que pronto, al casarse, cambiaría su nombre por el de Ryoko Tani, añadió a su palmarés el Oro en 48 kilos. Estamos hablando de 5 medallas olímpicas, 2 oros, 2 platas y 1 bronce, sumados a 7 campeonatos del mundo. ¡Inaccesible! En Sidney solo se batieron 5 marcas olímpicas de atletismo. Empezaba a funcionar muy bien el control del dopaje. 1.500 metros, jabalina y 20 km marcha fueron los únicos que mejoraron. El «nadador» guineano Mussambani, que solo se había entrenado unos días en la piscina de 20 metros de un hotel pasó su eliminatoria por descalificación de los otros dos nadadores por salida falsa y casi se ahoga en la prueba siguiente, haciendo en 100 metros un tiempo superior al de los participantes de los 200.

Se ganó el apodo de «La Anguila» pero también el respeto por representar el Espíritu Olímpico que estima una virtud la simple participación.

Atenas 04 empezó a lo grande. La antorcha encendida en Olimpia no se limitó a ir desde el templo hasta la capital. Recorrió 86.000 kilómetros y visitó 33 ciudades de todo el mundo, entre ellas las anteriores sedes de los JJOO. El control de dopaje dejó fuera enseguida a dos velocistas griegos que habían alegado un supuesto accidente de tráfico y una hospitalización para tratar de evitarlo.

En baloncesto EEUU perdió en semifinales ante Argentina, con 29 puntos de Ginobili, y que se hizo después con el Oro frente a Italia. España, que había quedado primera de grupo cayó ante los norteamericanos en cuartos de final y tuvo que conformarse con un séptimo puesto, nada acorde con su calidad real.

En judo no hubo medallas pero sí diplomas, 4 de los 50 que consiguió la representación española, 3 de 5º puesto y 1 de séptimo. Isabel Fernández perdió en 1/16 con la alemana Boenisch y en la disputa del bronce frente a la cubana Lupetey. El atleta leonés Manolo Martínez, que había quedado 4º en la prueba de lanzamiento de peso, recibió en 2012 la medalla de bronce que le correspondió por la descalificación del ucraniano Bilonog, positivo en esteroides en un segundo control de su muestra de Atenas, 8 años después de su victoria. Beijin 08 fueron los Juegos más vistos en España, con una cuota de pantalla de cerca de un 70% en la final de baloncesto. Se calcula que el 86% de los espectadores vieron en algún momento esta edición. La sede más comentada fue sin duda El Nido Del Pájaro, enorme estructura de malla de acero y etiltetrafluoretileno, un tipo de polímero termoplástico de gran resistencia al calor, a la corrosión y a los rayos UV. Lo concibió el estudio de arquitectos suizos Herzog & de Meuron y se construyó con unos criterios totalmente ecológicos.

Puede que lo más llamativo de Beijin 08 sea el Oro de El Guerrouj en 1.500 metros y en 5.000 metros, como había hecho Paavo Nurmi en 1924. Y la piragüista alemana Birgit Fisher que completó un ciclo de 6 JJOO sin interrupción ganando el Oro en todas ellas, permaneciendo 24 años en la élite olímpica.