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Entre el dolor, la esperanza y la palabra

Este pasado mes de julio se ha convertido en el más negro de las últimas temporadas taurinas. La semana nos ha golpeado con una gravísima cornada al novillero murciano Pablo Belando, y se ha llevado por delante dos historias vivientes de la tauromaquia del siglo XX. La última, la del rejoneador y ganadero jerezano Fermín Bohórquez el pasado jueves, tras 83 años de vida dedicada al toro y al caballo, mientras que el alicantino Francisco Cano, «Canito», se iba en silencio un día antes, con 103 años de edad y toda una memoria de vivencias e imágenes en su recuerdo. Su retina fotográfica, por fortuna, quedará para gozo de las generaciones venideras. Amplia y brillantísimamente se ha cubierto su despedida desde este medio. Descansen en paz.

Como siempre, toca mirar al futuro y a la esperanza. En Alicante, esa ilusión taurina está puesta durante la semana entrante en tres jóvenes que realizarán el paseíllo el próximo domingo para vérselas con novillos de José Cruz. Un «viejo» conocido, Borja Álvarez, que acompañará en el debut con caballos a los novísimos Adrián Velasco y Jorge Rico. Los tres pasaron por la Escuela Taurina, los tres saben el oficio. Ahora toca demostrar que tienen muchas cosas que decir. Y la tarde de antes, el sábado 6, con reses de El Parralejo, será el turno de sus compañeros de escuela que todavía reciben clase: los alicantinos Genaro Álvarez y Raúl López, los valencianos Daniel Martínez, Borja Collado y Miguel Polope, y Álvaro Sánchez, de la escuela de Colmenar-Guadalajara. La entrada, como es preceptivo en las clases prácticas, será gratuita.

Y entre los silencios de despedida a esos dos grandes hombres que se han ido y la esperanza de los nuevos novilleros que vienen, la semana nos ha deparado también la más que interesante noticia de que la Feria de San Isidro ha sido declarada evento de especial significación ciudadana e interés general para la ciudad de Madrid, idéntico apoyo institucional que recibiera un mes antes la celebración del Orgullo Gay, que apoya la visibilidad y tolerancia hacia el colectivo LGTBI. Ambas noticias constituyen un motivo de alegría por lo que suponen de respeto hacia la voluntad de elección de las personas y defensa de las libertades. Efectivamente, se trata de dos acontecimientos que nada tienen que ver entre sí, pero precisamente por ello parece tan crucial que a ambos se les proteja o respete por igual.

A partir del hecho puntual, un análisis más detenido sobre cómo fue aprobada dicha propuesta nos puede llevar a una mayor esperanza. Si bien fue el PP quien llevó al pleno esa proposición, no menos cierto es que la apoyaron tanto PSOE como Ciudadanos, con lo que Ahora Madrid, que ostenta la alcaldía de la capital, se quedó en minoría en su cerrazón y ceguera democrática. Quizá sea el momento de plantearse también en nuestra ciudad una propuesta similar a la madrileña. Uno no sabe los términos legales en que se debería plantear, pero supondría una más que interesante iniciativa que podría permitir aclarar muchos aspectos sobre la tauromaquia para la «terreta», y, sobre todo, posibilitaría a sus ciudadanos calibrar en qué dirección camina cada uno de los partidos que dirigen las riendas de la ciudad, tanto desde la alcaldía como desde la oposición. Vamos, que cada uno «se retrate» ante lo que, entre todos ellos, han convertido tristemente en cuestión política. La ocasión resulta igualmente idónea, pues venimos de unas fiestas de Hogueras que han colocado el nombre de Alicante a nivel mundial gracias a su feria taurina. No solo la ética, sino también los números y la historia, son favorables en estos tiempos (siempre lo fueron), y los representantes políticos elegidos por el pueblo para representarnos y defender los intereses de todos no pueden menospreciar ni ningunear lo que está a la vista del mundo. Ellos tienen la palabra. Es el respeto. Es la democracia. Es la libertad.

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