La Gran Redada es el intento de genocidio antigitano más antiguo que conocemos. Ocurrió la noche del 29 al 30 de julio de 1749 y consistió en la captura de la práctica totalidad de la población gitana de entonces. Entre 9.000 y 12.000 personas, niñas, niños, ancianas, ancianos, hombres y mujeres, fueron capturados esa fatídica noche de miércoles. Sus bienes fueron subastados para sufragar los costes de la propia redada ¡Qué desfachatez!

Su delito único fue ser gitanos y gitanas ¡Qué injusticia!

La Gran Redada fue organizada en secreto por el Marqués de la Ensenada, Secretario de Estado (equivalente a un primer ministro actual) del Rey Fernando VI y el Gobernador del Consejo de Castilla, Vázquez de Tablada que era también obispo de Oviedo.

El Rey estaba al tanto de todo. La Iglesia también facilitó la ejecución de la Gran Redada al retirar a los gitanos el derecho de refugio en sagrado.

Todos los poderes de un poderoso Estado concitados para exterminar a la «raza gitana».

Ese era el propósito declarado. Por eso separaron a los hombres de las mujeres.

Los hombres capturados en el Reino de Valencia fueron enviados al Castillo de Santa Bárbara de Alicante y las mujeres al Castillo de Denia.

Este triste episodio ha pasado desapercibido para la historiografía hasta que, a mediados de los ochenta, Antonio Gómez Alfaro (tristemente fallecido el pasado 23 de junio) empezó a sacar a la luz los documentos que daban cuenta de lo acontecido.

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana ha promovido una serie de actos en homenaje a las víctimas de la Gran Redada y el Ayuntamiento de Alicante ha respondido con responsabilidad y compromiso: el Pleno ha aprobado una Declaración Institucional Conjunta de todos los grupos municipales en reconocimiento de la memoria de las víctimas y de condena de la Gran Redada y ha instituido el 29 de julio como Día Local contra el Antigitanismo. Y mañana (por ayer) se descubrirá una placa en el patio de armas del Castillo que recuerde a los 261 hombres y niños que fueron cautivos allí.

La intención de FAGA es reivindicar la memoria histórica del Pueblo Gitano para ponerla en valor y para que nunca más nadie tenga que sufrir por su identidad.