La sociedad cambia. Y al mismo tiempo que evoluciona, la ciudad crece con ella, adaptándose a sus necesidades y a las de sus habitantes. Surgen planes urbanísticos, la ciudad se expande, nacen nuevos barrios y, también, vuelven a recuperarse zonas que habían dejado de tener interés. Dentro de esta continua evolución de las sociedades, la ciudad de Alicante no es, ni ha sido, una excepción. Ha vivido todos los fenómenos mencionados y ahora nos encontramos en un momento en el que Alicante intenta recuperar su barrio más antiguo: el Casco Histórico.

Esta recuperación del Casco Histórico de Alicante, de la que ya podemos ver algunas iniciativas (rehabilitación de edificios, reducción de tráfico, aumento de seguridad?), está impulsando la llegada e instalación de empresas jóvenes e innovadoras alicantinas que quieren aunar el atractivo histórico de la ciudad con el valor emocional que tiene para sus responsables. Esto es lo que nos ha pasado en Proárquita, quienes el pasado mes de febrero inauguramos nuestra oficina en la calle Cien Fuegos, nº 7. Toda una declaración de intenciones de nuestros valores y de la relación que queremos tener con nuestra ciudad.

Pero no somos los únicos que estamos apostando por el Casco Histórico. Ya son varios los negocios, no solo de hostelería, ocio y souvenirs (los más comunes), los que se están implantando. Centros de coworking, impresión digital o agencias y medios de comunicación son algunos de los sectores que ya están asentados en el Casco Histórico a pesar de las limitaciones que tenemos.

Queda todavía un largo camino para conseguir que sea perfecto. Lo mismo pasó cuando comenzó a recuperarse la zona de San Fernando de Alicante. ¿Nos acordamos de cómo estaban las inmediaciones de la Plaza de Gabriel Miró? Mejor no. Y ahora tenemos una sede de la Universidad de Alicante, comercio, hostelería y espacios municipales para la formación empresarial y los emprendedores. No podemos negar que la zona ha mejorado en la última década, aunque también hay algunos problemas derivados con el ocio, un asunto que sin ninguna duda se tendrá que solucionar en los próximos meses para mejorar la convivencia entre residentes y negocios.

Esta mejora continua es la que tratan de impulsar los vecinos del Casco Antiguo de Alicante, quienes ya han iniciado la elaboración de un libro blanco para mejorar el entorno histórico. Para ello han buscado el apoyo de entidades, como el Colegio de Arquitectos de Alicante, y de la misma Universidad de Alicante. También pueden contar con nosotros y, supongo, con todas las empresas que nos hemos instalado en los últimos meses aquí. Porque queremos recalcar que no sólo hay pubs y cafeterías aquí. También hay empresas jóvenes e innovadoras que queremos ayudar al tejido del Casco Histórico.

Como hemos dicho antes se han mejorado cosas en los últimos meses: el palacio de Labradores se ha rehabilitado y acogerá presumiblemente el Máster de Guitarra Clásica; la delimitación a 30 kilómetros por hora en coche también ha tenido un impacto positivo, aunque limitado, en la zona, así como el incentivo que el Ayuntamiento y desde el Patronato Municipal de Vivienda están dando a la rehabilitación de edificios y fachadas. Nosotros, sin ir más lejos, rehabilitamos un edificio en la misma calle en la que estamos.

Pero hay que avanzar más. Entre las iniciativas que pueden ayudar a atraer más empresas innovadoras a nuestro Casco Histórico destacaríamos la incorporación por parte de la Administración Pública de aplicaciones y nuevas tecnologías en el centro urbano que permitiera atraer nuevos habitantes y pequeñas y medianas empresas, revitalizando la zona. Con iniciativas basadas en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se podría mejorar la gestión de los servicios públicos, aumentando la calidad de vida de los vecinos y consiguiendo un crecimiento económico sostenible atrayendo a empresas como la nuestra.

Aún queda mucho por hacer. Pero nos gustaría recoger las palabras de la alcaldesa de Logroño y vicepresidenta de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI) en España, Cuca Gamarra, quien en declaraciones a un medio enfatizó que «los centros deteriorados son las zonas con mayor atractivo, no solo histórico, sino emocional. A la hora de regenerarlos, pensamos tanto en mejorar la red de saneamiento, como en introducir la fibra óptica. Es necesario para atraer actividad muy cualificada como la que desarrollan las pequeñas empresas vinculadas a la economía creativa y que no quieren ubicarse en un polígono industrial».

Magníficas palabras a las que se pueden sumar las de Jeff Soule, miembro directivo de la American Planning Association, quien considera que «la reutilización de las estructuras históricas adaptadas para la vida moderna puede ser particularmente eficiente en la política de uso del territorio. Los centros históricos son de uso mixto y de usos múltiples, lo cual les da un aspecto integral. La integración de la tecnología moderna con el conocimiento local tradicional contribuyen a la sostenibilidad urbana».

En la actualidad podemos decir que Alicante ha empezado a andar por su Casco Histórico. Ahora sólo falta recorrerlo y mejorarlo.