Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mercedes Gallego

Agua de borrajas

Medio millón de euros que el Ayuntamiento de Alicante se podía haber ahorrado en las obras de una plaza van a tener que salir del bolsillo de los vecinos de esta ciudad gracias a los votos en contra de la oposición (PP y Ciudadanos) y a los de los concejales tránsfugas Fernando Sepulcre y Nerea Belmonte. Se trataba única y exclusivamente de apoyar que se pidiera a la Diputación una subvención con la que se habría sufragado la mitad del coste de esta infraestructura pero estos representantes públicos, a quienes se les supone que están ahí para velar por nuestros intereses, votaron en contra. ¿Alguien lo entiende? Si la postura es ya en sí incomprensible menos entendibles son aún las explicaciones que han dado para apoyar el sinsentido de su actuación. Que el portavoz del PP Luis Barcala se escude en que no considera el proyecto «ni urgente ni prioritario» sólo es superable por lo argumentado por la edil de Ciudadanos Yaneth Giraldo, quien apuntaló el veto de su grupo a reclamar la ayuda al «gobierno provincial» en que, y cito textualmente, «no se puede aprobar deprisa y corriendo una petición de subvención que no sabemos si será concedida». Una duda que quedó disipada desde el mismo momento en que se aprobó no reclamar nada. En eso, no vamos a negarlo, la concejala tiene razón. ¿Y qué me dicen de Sepulcre y Belmonte? ¿Han demostrado alguno de ellos que de su estancia en el Ayuntamiento les importe algo más que sus cuentas corrientes, sus despachos, sus amigos o sus batallas personales?

Con todo, lo más preocupante y descorazonador del espectáculo que el jueves se escenificó en el salón de plenos del Ayuntamiento de Alicante no es ya la ceguera del PP (la de saltarse un ojo con tal de ver al enemigo tuerto) sino la actitud de los dos ediles tránsfugas cuando precisamente proceden, al menos sobre el papel, de formaciones (Sepulcre de Ciudadanos y Belmonte de Podemos) que emergieron cada una desde su espectro ideológico como un soplo de aire fresco que iba a contribuir a la regeneración de la maltrecha clase política. Un necesario cambio que muchos en este país esperábamos como agua de mayo pero que al final está resultando agua de borrajas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats