Gonzalo Rubalcaba Volcán Trío
Auditorio de la Diputación de Alicante
Festival Internacional de Jazz
Se le pudo ver el día 17 en un documental proyectado en el ADDA, Playing Lecuona, incluido en el Fijazz. Un tributo al más universal pianista y compositor iberoamericano, Ernesto Lecuona, por parte de Gonzalo Rubalcaba, Chucho Valdés y Michel Camilo con el latin jazz de sus respectivos pianos. Ya en directo, Rubalcaba nos visitó el sábado como uno de los más reconocidos compositores e instrumentistas del jazz actual. Lo demuestra al numeroso público explorando nuevos territorios y terrenos de otros autores. Gonzalo Rubalcaba Volcán Trío incluye al batería Horacio «El Negro» Hernández y al bajista José Armando Gola en esta aventura, espacio idóneo para seguir experimentado, a través de la improvisación, con sonidos poco convencionales. El piano goza de mucho relieve en manos de Rubalcaba. En diversas ocasiones lo toca a la vez que maneja el teclado eléctrico. Busca sonoridades y las teclas desprenden humo por la calentura del instrumentista. Es versátil y virtuoso. Domina diferentes estéticas musicales y el influjo de su origen, donde el jazz tradicional y la música afrocubana transitan por un proceso creador que nos ofrece el lado más contemporáneo. Su música, según defiende, «está hecha para ser más sentida que escuchada». ¿Qué se siente? Teniendo en consideración que se trata de un superdotado, la afición aplaude más los aires latinos, bajo la óptica del jazz, que la rítmica menos amable y compleja. El manisero, canción popularizada por Machín, pertenece al primer grupo. Tema reconocible aunque distinto y alargado como corresponde. Gola usa minutos para lucirse con el bajo. La precisión sonora tiene mucha intensidad en los pasajes rápidos y vigor en los tiempos suaves. De su disco Live faith interpreta El cadete constitucional, curioso título de un danzón cubano que compuso su abuelo. En cualquier caso, la variedad de colores y armonías recrea una dinámica con el estilo del innovador pianista. Del álbum Volcán aporta la pieza del mismo nombre o Volcán durmiente. Y la veteranía de El Negro, que es blanco, pone sus gotas de alcohol en la bebida agitada y dulzor en el fraseo más reposado. Así terminó el Fijazz.
