La embarcación de salvamento, SAR Mesana, sentó su base durante las últimas semanas en el muelle de la sal de Torrevieja desde donde zarpará el próximo domingo rumbo al puerto de Valencia. Me dí el otro día un borneo por este barco para conocerlo de cerca. El alcalde de la ciudad José Manuel Dolón García, junto con el concejal de Playas, Javier Manzanares y un séquito de informadores atacaron con ímpetu las empinadas escaleras hasta llegar al puente de mando. Pasé de hacer títeres y anduve bajo en cubierta sobre la toldilla de popa mientras caían unas cuantas gotas cargadas de polvo sahariano. Mientras el primer edil intentaba arreglar el mundo desde las alturas bajando a lo cotidiano y tangible como la ausencia de Capitán Marítimo o el deseo de contar con un barco de salvamento de forma permanente de intervención rápida, intercambié impresiones con algunos marineros. Se interesaron por la peligrosidad de las playas del litoral torrevejense. Les dije que excepto en dos puntos concretos y señalizados en la de La Mata eran seguras pero estar a rebosar de bañistas, a veces, entre tantas personas a alguna de ellas les sobrevenía la muerte en el agua con la mar en calma.

Uno de los tripulantes me manifestó su asombro ante el cachambroso estado de abandono del muelle de la sal y el resto de las instalaciones portuarias. Por el contrario, las náutico deportivas son motivo de orgullo. Al volver a pisar tierra, el coche azul oscuro tiraba a rojo arcilla. Como no me molesta la arena de la playa en la ropa o el lucir (es un decir) de vez en cuando un aspecto desastrao pensé en la tabarra que me iban a dar hasta llevar el coche al lavadero. Y en estas, en plena semana del siempre recurrente Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía, «La niña de sus ojos» del incombustible concejal de APTCe Domingo Soler Torregrosa, quien dice quererlo como si lo hubiera parido, se siente feliz y desenvuelto como pez en el agua. «Y si disen que disan», de Dios dijeron.

En la ruta semanal coincido comiendo en La Huertica con Geli Yedra, directora del gabinete de prensa del Certamen. La periodista va acompañada por tres informadores: Reyes Prieto, Iñaki Isidro y Ramón Sánchez Martos «Monchi». Me entran ganas de «embolarlos», pero me callo.

La actitud de muchos vecinos de Torrevieja es de los que no han logrado llegar ni a pequeños burgueses y por ello su moral es antimoral. Esta forma de pensar se puso crudamente de manifiesto cuando se obligó a dimitir a un edil del PP en el Ayuntamiento, no por cargar durante años a las arcas municipales el coste de docenas de llamadas telefónicas personales. Paradójicamente, los suyos le condenaron a causa del destino final de las mismas. Pasa el entierro de Guillermo Sabater Berna. Se disuelve la improvisada y corta tertulia. Todos se levantan y andan para dar el pésame a la familia. Yo también lo hago pero cuando llego al sitio ya se ha despedido el duelo. A primeras horas de la mañana me entero el fallecimiento de Rosarito Giménez, otro icono local...