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Manolo Alarcón

Si son unos incomprendidos...

Vislumbro desde hace tiempo el careto de cabreo de más de un alcalde por sus dificultades para conectar con la Prensa cuando tantas y tantas horas de esfuerzo y trabajo ponen en su quehacer diario sin que ello les sirva para que les pongan medallas por cumplir con lo que no es más que su obligación y me permito el lujo de decir que con un resultado más que mediocre. Se trata de un selecto grupo de regidores; algunos colocados al frente en los ayuntamientos más importantes de esta provincia que ni en sus mejores sueños esperaban verse con la vara de mando y pensaban que esto de gobernar estaba «chupao». Se les reconoce más fácilmente que a los Pokémon porque no faltan a la foto, aunque muchos criticaban a sus antecesores por dedicar tanto tiempo a la pose. Se prodigan poco a la hora de contestar preguntas de calado y miran al periodista con cara de pocos amigos cuando sacan a relucir algún tema delicado. Se sienten mucho mejor criticando que recibiendo críticas -of course- y por buscar enemigos, los buscan hasta donde no los tienen. Su principal presa son conselleres que vienen a sus ayuntamientos a reunirse con ellos y da lo mismo si son de su partido o de otro afín. La cuestión es sacar el titular a costa de quien sea y dar la sensación de que uno manda y decide aunque sólo sea por poner en solfa a alguien de Valencia al día siguiente de intercambiar sonrisas, que eso viste mucho. Llevan semanas preparando sus vacaciones porque están agotados y en sus despachos están, entre reunión y reunión, visitando webs de vuelos, hoteles y cruceros, mientras que la falta de ideas capitaliza la realidad de sus municipios. En las redes sociales en las cuales venden su gestión (?), muchas veces, ni son ellos los que llevan el cotarro. Tienen contratado -nadie sabe cómo y a cambio de qué- a algún negro para que destile opinión, frases y titulares, colocar alguna foto incluso incendiaria de vez en cuando y hacer postureo. Sólo escuchan a los que les felicitan por su capacidad, trabajo y gestión y repudian a los que les aconsejan desde la sensatez. Han hecho de la frase «¡Yo valgo y el mundo está al revés!» su razón de ser mientras se dan golpes en el pecho.

No me digan que a estas alturas aún no le han puesto cara a alguno...

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