Jodie Foster es una actriz y directora de cine estadounidense de la que recuerdo películas que me emocionaron especialmente como Un dios salvaje de Polanski o El silencio de los corderos, con el gran Anthony Hopkins, y que muy joven sorprendió a todos con su interpretación de prostituta adolescente en Taxi driver, que es uno de los mejores filmes de Martin Scorsese, teniendo desde entonces una presencia constante en la gran pantalla.

Y como directora estrena Money Monster que está protagonizada por George Clooney y Julia Roberts, que son dos buenos intérpretes a los que habitualmente me apetece ver y que cuenta la historia de un joven, que siguiendo los consejos y recomendaciones financieras de un famoso presentador de televisión y consejero bursátil pierde todo el dinero de su familia, con la adquisición de un valor tecnológico que se desploma total y misteriosamente ante lo cual decide secuestrar al guía televisivo y a todo su equipo y productora durante la emisión en directo de su programa, buscando venganza y explicaciones.

Y pensando en Jodie Foster siempre he tenido la sensación de que es una mujer fuerte y de carácter que aúna talento y esfuerzo, que son dos factores esenciales en la vida pues la inteligencia se emplea para lograr objetivos que necesitan esfuerzo, resistencia al fracaso y gestión de las emociones, de modo que la unión de ambos factores permite sacar el máximo provecho de las capacidades, con la idea de que el talento también puede adquirirse con el empeño y la práctica intensa.

Y leo en una entrevista que Jodie Foster manifiesta que busca la calidad en sus películas y que es muy constante y cabezota, lo que concuerda con la idea que tengo de ella, de manera que imagino que si tuviera delante a esa tan importante actriz, me encantaría poder decirle que admiro su trayectoria profesional y que para mí el esfuerzo y la superación en la búsqueda de la excelencia son también las dos claves del crecimiento personal.