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Marc Llorente

Apuntes afilados

Marc Llorente

A día de hoy

El camión de Bruselas ha venido arrasándonos con las reglas que el mayordomo Rajoy ha impuesto, y vuelve exigiéndonos un ajuste de 10.000 millones. Las sanciones por el déficit consistirán en una multa generosa y en la congelación de 1.100 millones en fondos. Aparentemente, el Gobierno en funciones ultima un pacto con la Comisión Europea para suavizar la ruta. Rajoy, a la vez, guiña el ojo a Sánchez y pide que no vote en contra de su investidura. Que el tirón de orejas no sea peor se lo atribuirá De Guindos, e intentará convencer de que los cinturones no deben soltarse por orden de la capitanía general, o los superintendentes podrían seguir enojados con nosotros. La bondad de la UE pretende que comulguemos sin decir ni pío. Y gracias. Europa quiere un espantapájaros en Moncloa, y lo que canten las urnas y las negociaciones para formar Gobierno no importan. La democracia, hoy, es el nuevo timo de la estampita. Aunque la fumata no sea blanca, habrá un Ejecutivo que use tijeras de un modo u otro. Imaginen a la jefa con acento alemán diciendo: «Haced lo que diga, no lo que yo haga». Tendremos examen cada trimestre para volver a ser los «alumnos ejemplares». No será suficiente quitar 2.500 millones de la lucha contra el fraude y permitir que éste disfrute. Ni endurecer el impuesto de sociedades. Se exigen ajustes estructurales. El «fuerte crecimiento» no saca de la precariedad a muchos. A día de hoy está cronificada, y Sánchez, a día de hoy, dice «no» al PP. Déjese de jugar al mus y actúen si no se desean otras elecciones. O crecerá el descrédito. Los números vuelven a admitir la posibilidad de un Gobierno progresista.

Pero no lo permite la ausencia de una verdadera cultura democrática. El grupo de Iglesias es el enemigo a batir por el establecimiento político, mediático, financiero y económico, donde también reside el PSOE. Sánchez habla de sacar del limbo a los diputados de ERC y Convergència. «Atraerlos a la gobernabilidad de España», asegura a día de hoy aunque no quiso tras el 20-D. ¿Aspira a una mayoría alternativa si Mariano fracasa? Mientras, el camión de Bruselas continúa su rumbo.

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