Desde hace unos meses se vienen celebrando charlas-coloquio organizadas por el Ayuntamiento de Elche y los Colegios de Arquitectos y Arquitectos Técnicos, con el objetivo de hablar, pensar y dialogar sobre el futuro modelo de ciudad que pretendemos, tratándose en alguna de ellas sobre la peatonalización del centro histórico de Elche, medida controvertida aquí y en todas las ciudades en las que se ha pretendido realizar, por la multitud de consecuencias que han conllevado y por la complejidad de las mismas, y que han conducido en muchas ciudades a explicar detalladamente los pros y contras de tal medida. Afortunadamente, y aun sabiendo que cada ciudad tiene sus propias características, en todos los casos y circunstancias los resultados han tenido gran éxito, de ello tenemos muchos ejemplos de ciudades europeas y también en España. Por lo tanto, en el caso de nuestra ciudad, tan sólo con ver y comprobar cómo lo han resuelto en otros lugares, podríamos obtener los mismos resultados.

Sin embargo, en Elche estamos a punto de hipotecar nuestro modelo de centro histórico de ciudad para los próximos años e incluso para siempre, debido a que nuestra actual Corporación municipal lleva más de un año «mareando la perdiz» sin saber salir de la situación que le dejó el anterior equipo de gobierno.

Los ciudadanos debemos tener muy claro que cualquier medida que se toma por nuestros representantes, elegidos con nuestros votos, nos afecta y afectará, en este caso por mucho tiempo, para bien o para mal. Y si a quienes se les votó porque se oponían rotundamente a la construcción del nuevo Mercado Central y sus trescientas plazas de garaje, apostando por la rehabilitación del actual edificio, ahora cambian de opinión presentando como excusa de su deficiente gestión de este asunto el manido recurso de su costo económico y de la cláusula de indemnización, consideramos una total falta de ética e incluso engaño electoral tal decisión.

Cualquier persona razonable sabía que no llevar a cabo el proyecto de nueva construcción del Mercado Central podría tener estas consecuencias, pero quienes apostaron por los actuales gobernantes de nuestra ciudad lo hicieron porque parecía, o al menos eso es lo que manifestaban antes de ser elegidos, que el modelo de ciudad y su centro histórico estaban por encima de intereses económicos particulares.

En otro orden de cosas, nos resulta una auténtica barbaridad, que tendrá nefastas consecuencias en un futuro en la seguridad de las personas y del propio entorno (que forma parte de la Vila Murada), utilizar el Carrer Major de la Vila como vía de acceso al pretendido parking de 300 plazas del pretendido nuevo Mercado Central. ¿Cómo quieren que concurran en una estrecha calle, sin aceras y semipeatonalizada, una gran cantidad de vehículos, de peatones e incluso personas en sillas de ruedas o carritos de bebés? ¿Quién tendrá preferencia: los peatones, las personas en sillas de ruedas, los bebés en sus carritos o los vehículos? Les recordamos que, además, en esa misma calle hay diversos edificios muy concurridos, como la Casa de La Festa, la Concejalía de Bienestar y otros despachos y cafeterías ¿Serán ustedes, señores concejales que han tomado esta decisión, quienes respondan de los accidentes que a buen seguro se van a producir? ¿Serán ustedes los responsables del deterioro que se va a producir en edificios de gran valor patrimonial en un entorno que, como hemos comentado antes, está situado dentro de la zona de la Vila Murada, declarada bien de interés cultural desde 1968? ¿Serán ustedes los responsables de la contaminación ambiental y acústica que se va a producir? Les recordamos, principalmente a los concejales del PSOE, que el alcalde, Carlos González, dejó bien claro, antes de las elecciones, que si se construía un nuevo parking sería extramuros.

Por tanto, señores concejales del PSOE y Ciudadanos, que antes de las elecciones se hacían fotos con la plataforma Salvem el Mercat, respeten sus compromisos electorales y cumplan con los ciudadanos que confiaron en ustedes, y entiendan de una vez por todas que les hemos elegido para que se ocupen y preocupen del patrimonio público y de los intereses generales y no de los negocios de empresas privadas ni de intereses de particulares, personales o de partido. Esperemos que ésta no sea la crónica de una promesa incumplida.

(*) También firman el artículo José Antonio Pascual Pascual y Francisco Cascales Vicente, miembros de Àgora d'Elx.