La Audiencia Nacional, la misma que a principios de año condenó a la concejala de Alicante Marisol Moreno a pagar una multa de 6.000 euros por ofender a la Corona, absolvió ayer al músico César Augusto Montaña Lehmann, más conocido como César Strawberry y cantante del grupo de rap metal Def con Dos, de un delito de enaltecimiento y humillación a las víctimas por los que el fiscal Carlos Bautista, también el mismo que acusó a la edil de Guanyar Alacant, pedía un año y ocho meses de prisión. Mientras el juez José María Vázquez de Honrubia tuvo claro antes casi de que acabara el juicio que la responsable municipal de Juventud y Protección Animal había ofendido a la institución monárquica por llamar al rey Juan Carlos I borracho, vago y asesino tras ver una foto del soberano junto a un elefante al que acababa de abatir a tiros en una cacería, un tribunal del que formaban parte Fernando Grande-Marlaska y Manuela Fernández de Prado ha concluido que al cantante no se puede condenar por decir que añora a los Grapo o defender el secuestro de José Ortega Lara a manos de ETA. Los dos magistrados (ha habido un voto particular del tercero en contra del fallo) apuntalan la absolución de Strawberry en que se trata de «manifestaciones artísticas» con un «marcado tono provocador, irónico y sarcástico ya que emplea recursos propios de las historias de terror y acción para envolver el mensaje de fondo», según recoge la sentencia que destaca de lo dicho por el cantante el «tono crítico con la realidad social y política, tratando que el público comprenda el sentido metafórico y ficticio que envuelven sus obras, respecto al concepto de fondo siempre de carácter pacífico y exclusivamente cultural».
Con independencia de que siempre estaré de parte de la libertad de expresión frente a cualquier otro derecho con el que colisione (incluso en los casos de dudoso gusto), lo que realmente me sorprende de cómo se han resuelto ambos procesos es que se considere al Rey un agraviado por las palabras de la concejala y no tenga idéntica consideración el funcionario de prisiones o todos los damnificados por los Grapo. Va a ser que no todas las víctimas son iguales. Y eso que la edil no escatimó detalles cuando le explicó al juez que los elefantes, cuando se miran al espejo, se reconocen y hasta lloran.
