En la vida hay veces que nos equivocamos. Que tomamos decisiones que después de un tiempo nos arrepentimos de haberlas tomado, pero ya no podemos volver atrás. Pues en ese momento es cuando se usa la expresión española: A lo hecho, pecho. Que es como decir: de lo que hayas hecho, hay que sacar pecho, es decir, no esconder la cabeza bajo la tierra como si fueses una avestruz, sino sacar pecho y aguantar la lluvia de críticas que te puedan caer por tus decisiones.

El pasado 23 de junio, el Reino Unido decidió su futuro: marcharse de la Unión Europea (UE) y dejar atrás el bloque del que han formado parte desde 1973. El sí al «Brexit» puede conllevar diversas consecuencias, tanto a nivel económico, industrial y político. En este artículo vamos a intentar desmenuzar algunas graves consecuencias, muchas de ellas bilaterales, que trae consigo la polémica decisión del Reino Unido.

De momento y a muy corto plazo, la City de Londres, uno de los centros financieros más importantes a nivel mundial, podría perder más de 100.000 empleos porque el «Brexit» obligaría a muchas compañías a mudarse a otras ciudades de la Eurozona. Además, después del referéndum, la libra esterlina ha sufrido caídas del 4% y el 6% frente al euro y al dólar estadounidense. Además, las principales bolsas de valores europeas también se han visto afectadas.

Tras el problema de los refugiados y la crisis de la zona euro, la salida del Reino Unido debilitaría aún más la Unión Europea, que se debería enfrentar a la pérdida de uno de los miembros que ha defendido con más fuerza las políticas de libre mercado.

En cuanto a nuestros compatriotas que viven y trabajan allí, de momento no se sabe con exactitud las consecuencias que podría tener la decisión tomada. No obstante, se debería resolver si tienen derecho al Sistema Nacional de Salud y si se establece un convenio especial entre ambos países en materia fiscal. Por otro lado, los inmigrantes europeos también verían en peligro las ayudas económicas que reciben del país.

Las bolsas mundiales se desplomaron luego de conocerse la noticia. Esta fue una de las primeras consecuencias de la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, después que el «Brexit» se impusiera con el 52% de los votos en el referéndum. Pero este no es el único efecto que se podrá percibir a futuro, porque las consecuencias de esta decisión abarcan desde lo político a lo deportivo y, en lo inmediato, significó también la dimisión del primer ministro británico, David Cameron.

A partir de ahora, el Reino Unido debe comenzar complicadas negociaciones con la UE, que podrían extenderse dos años como máximo, y en las que se decidirán las condiciones de acceso de Londres al mercado único. Varios escenarios son posibles. Por ejemplo, que se acuerde un acceso mutuo a los mercados, pero ¿en qué condiciones? El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya advirtió que «el Reino Unido será un Estado tercero que no tendrá el camino allanado».

Las consecuencias son tan amplias que abarcan incluso al fútbol. La primera será el cambio que implicará para los jugadores que provienen de otros países, ya que los futbolistas europeos que no sean británicos pasarán a ocupar una plaza de extranjero en campeonatos como la Premier League y la Premier de Escocia.

España es el octavo país europeo con mayor exposición a la salida de Reino Unido de la Unión Europa. La agencia de calificación Standard & Poor's ha elaborado un índice que otorga a la economía española una puntuación de 1,5 puntos de exposición. Una puntuación que es casi el doble de la media y por delante de países como Francia, Alemania e Italia.

El Índice de Sensibilidad al «Brexit» (BSI, por sus siglas en inglés) de S&P tiene en consideración los flujos migratorios, la demanda de servicios financieros, la inversión extranjera en Reino Unido y la relación entre exportaciones británicas y tamaño de la economía de un total de 20 países, de los que Canadá es el único no europeo para establecer su criterio.

Hasta el ministro principal del Peñón, Manuel Picardo, ha planteado la posibilidad de que Gibraltar vuelva a unirse a España. Según ha dicho, España ha avisado de que cerrará las fronteras si hay «Brexit», lo que haría que Gibraltar perdiese soberanía, por lo que ha puesto sobre la mesa esta posibilidad.

El mismísimo exprimer ministro de Reino Unido, David Cameron, advirtió, en su momento, que votar por la ruptura con la Unión Europea supondría votar a favor de la «autodestrucción», ya que el denominado «Brexit» acarrearía graves perjuicios para la economía británica.

Es muy posible que la victoria del «Brexit» en el referéndum del pasado jueves haya desatado una crisis en los mercados financieros solo comparable en severidad a la de 2007 y 2008. Esta crisis ya se estaba desarrollando a cámara lenta, pero el «Brexit», seguramente la ha acelerado y también puede que refuerce las tendencias deflacionistas ya predominantes. El mismo Fondo Monetario Internacional ha advertido que la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea tendrá consecuencias graves para la economía mundial al trastornar el comercio internacional.

Apelar a la democracia directa, como se ha hecho en el Reino Unido de Gran Bretaña, es enfrentar la democracia parlamentaria con el populismo, en nombre del cual se ha cometido unos de los mayores desastres de su historia más reciente y además en el uso de un supuesto juego democrático con el que no estamos del todo de acuerdo.

Pues a lo hecho, pecho. A ver cómo lo arreglamos.