Escucho con asombro como dirigentes del PP -el ministro y diputado alicantino José Manuel García-Margallo- y también del PSOE -el propio Pedro Sánchez- censuran a David Cameron por convocar el referéndum que se decidió por el «Brexit» para sacar al Reino Unido de la Unión Europea. Y escucho con ese mismo asombro a los dirigentes de la izquierda quejarse de que una porción del electorado haya vuelto a los brazos del PP al son de la efectiva llamada al voto del miedo después de años de corrupción y recortes. Son excusas sin ningún tipo de argumento que tienen un sólo objetivo: intentar tapar sus propias vergüenzas. El problema de una Democracia nunca puede ser abrir la urna. El problema nunca puede ser que los ciudadanos del Reino Unido tengan el derecho a decidir su futuro. El problema nunca puede ser que la gente, dentro de su libertad, tenga la posibilidad de optar por una determinada opción política. El problema nunca puede ser votar. El problema es otro. ¿Qué decisiones de los políticos son las que conducen a la gente a coger una papeleta u otra? ¿Qué genera tal estado de enfado o de miedo entre los ciudadanos para tomar ese camino? Esa es la cuestión. Algo mal habrá hecho Europa durante los últimos años con la austeridad, su incapacidad o el trato a los refugiados para que haya ciudadanos de muchos países -al margen de los británicos- que renieguen del proyecto. ¿Y cómo somos capaces de mejorar la UE para que todo el mundo se sienta cómodo con un sistema que, de verdad, pueda facilitar la vida de la gente? Repartir felicidad y no angustia. Ese debería ser el debate. El mismo planteamiento se puede aplicar al resultado de las elecciones generales en España y en la Comunidad. ¿Qué hemos hecho mal para que a pesar de los casos de corrupción o los hachazos al Estado del Bienestar, los electores se decanten por el PP? Esa pregunta es la que debían hacerse los notables de la izquierda española y valenciana. Ayer mismo, sin ir más lejos, vivimos un nuevo episodio de la ruina en diferido de la etapa de Francisco Camps en la Comunidad: los avales con dinero público a los clubes de fútbol -Valencia, Elche y Hércules- habrá que devolverlos. ¿Entonces por qué sigue ganando el PP? Sencillo. El PSOE salió a no perder el partido. Pablo Iglesias a quedar segundo. C´s a ser decisivo. Y el PP fue el único que quería gobernar.
