Dicen los mandamases del PP en la provincia de Alicante que se han lanzado a «robar» votos de Ciudadanos porque ahí creen que tienen su granero. Lo dice un tal Císcar, que es presidente del PP en la provincia de Alicante. El PP, en la Comunidad Valenciana desde el año 2008 a estas últimas elecciones ha perdido la friolera de 498.000 votos. Y tienen seis diputados nacionales menos. En la provincia de Alicante, en el mismo periodo han perdido 160.000 votantes, y han llegado a tener 8 diputados, y hoy tienen 5. Ante este panorama «cariñoso» para el PP, está bien que saquen pecho, pero menos. A mí me recuerda mucho la última etapa de corrupción política del PSOE, con los escándalos del Banco de España, el Director General de la Guardia Civil en la cárcel, FILESA, la Directora del BOE detenida y muchos más. En esa etapa, cuando el PSOE veía como se le acercaba el PP se le ocurrió sacar el miedo con el Doberman y «que te quitan las pensiones». Les funcionó una vez y los arrojó a la oposición durante un letargo.

El miedo siempre es una herramienta electoral utilizada cuando uno se ve acorralado. Funciona. Le funcionó al PSOE y le ha funcionado al PP. Lo que pasa que es la última bala de la recámara. A partir de ahora ya no quedan saltos mortales que dar. Si el PP no se regenera; si no es capaz de leer que está muy lejos de su mejor resultado electoral; si no entiende que la corrupción pasa factura poco a poco; si la autocomplacencia se impone jerárquicamente con un PP que le cuesta dialogar con otros partidos; si no entiende que ha ganado pero que para gobernar tendrá que ceder; si no entiende todo eso, es cuestión de tiempo para que pasen a la oposición.

Los votos no se roban, que es delito robar, porque los votos son de la gente. Los ciudadanos votan como les rota. Con sus miedos e incertidumbres. No se puede juzgar a la gente que vota. Votan y punto. Por eso pensar que los votos son patrimonio de un partido y que la gente no puede cambiar, y cambia, es la antesala del fracaso. Pensar que con las mismas caras y las mismas políticas, los del PP van a recuperar 3 diputados en Alicante, no es que sea una quimera, es que es de «fumao» barato.

Yo no hago tantos análisis para saber cómo se comporta la gente a la hora de votar. Lo que parece razonable es pensar que la gente vota según sus condicionantes y realidades personales. Que hay, efectivamente, un voto ideológico, pero pensar que los partidos, como decían esas encuestas equivocadas, tienen los votos fidelizados, es la mayor de las tonterías publicadas. Bajo esa premisa el Congreso no habría cambiado de color nunca. Y nunca habrían surgido nuevas fuerzas. El tiempo dirá si las nuevas formaciones han venido para quedarse, pero los votos nos son propiedad de ningún partido.

Lo difícil es perder desde el Gobierno, con la red clientelar instaurada en este país. Aquí todo el mundo interpretará los resultados según le interese. Es normal. Pero el bipartidismo está tocadito. Tiene estructura de partido en todas las aldeas de España y ha sido incapaz de doblegar a dos fuerzas emergentes que han llegado para quedarse. O no. Porque vaticinar el futuro en política es incierto. Ahora bien, ¿se podrían imaginar ustedes que el partido Ciudadanos podría tener los mismos diputados nacionales en la provincia de Alicante que el centenario PSOE? Difícil de imaginar, pero los dos partidos tienen dos diputados.

El robo de votos es una falacia bien estructurada para hacer valer a los adeptos a la causa que el terreno es recuperable. Lo dificultad viene porque el tiempo suele ser implacable con los que no se adaptan a los nuevos aires. Si el PP se siente crecido, se parece mucho a aquel PSOE antiguo. Y de aquellos polvos vinieron estos lodos. Lo verdaderamente dramático es que la historia suele repetirse, y que aquí está todo inventado. Menos robar el dinero público, y así no habrá que robar a los votantes de Ciudadanos. Listillos.