Terminadas ya las elecciones generales no hay lugar a más esperas para empezar a funcionar tanto el poder legislativo como el ejecutivo. Llevamos ya muchos meses de incertidumbres y de decisiones sin tomar en muchos temas que requieren de atención inmediata y que afectan tanto a la provincia de Alicante como al Estado en general. En concreto, en materia de justicia hay varios juzgados pendientes de crear que están a la espera de la conformación definitiva del Gobierno para poder ser autorizados y que requieren de una decisión inmediata.

Lo peor que puede existir en un país son las situaciones de incertidumbre e inseguridad. La economía de un país y las inversiones en negocios que se abren o amplían, que son las que crean empleo, requieren de un caldo de cultivo de tranquilidad que permita a la ciudadanía conocer que la maquinaria vuelve a estar en marcha y que tanto el poder legislativo como el ejecutivo vuelven a actuar con paso firme para sacar toda la batería de materias y soluciones que no dio tiempo a aprobar en la pasada legislatura. Por ejemplo, la ley de mediación penal que evite la constante judicialización de la vida en temas que pueden tener una pronta solución por la mediación que realmente contente a las víctimas y perjudicados por un hecho, aunque ello no quede exento de una condena, aunque no sea privativa de libertad. O reflexionar sobre la necesidad de hacer obligatoria la mediación civil y exigirse un intento de acuerdo entre las partes en un conflicto como existe en países de nuestro entorno en donde la justicia funciona mejor porque llega a ella lo que realmente debe llegar, y no cualquier conflicto que existe entre los ciudadanos.

En otro orden de cosas, hace falta una nueva Ley de Propiedad Horizontal que regule mejor el régimen jurídico de las comunidades de vecinos, un tema recurrente sobre el que hemos estado tratando en el diario INFORMACIÓN esta semana en un chat de dudas que plantearon los lectores del diario. No puede ser hoy en día que una ley del año 1960 esté regulando la solución de los problemas que existían 57 años después de aprobarse esta ley y sin que los parches que se han venido aprobando hayan arrojado más luz, sino, al contrario, más oscuridad, porque no se pueden ustedes imaginar lo complicado que es el régimen legal que regula las comunidades de vecinos y las lagunas y defectos que tiene el sistema legal actual.

Lo que debe quedar claro es que un país que está con carencias, con urgencias, con necesidades que no pueden esperar más en todos los sectores, desde la justicia a la sanidad pasando por la educación, debe arrancar ya en la conformación de los poderes legislativo y ejecutivo, sobre todo este último, ya que el legislativo puede constituirse, y de suyo lo va a hacer en breve, pero este necesita de la gasolina que le da el ejecutivo con sus proyectos de ley para que el legislativo pueda ir actuando conforme las iniciativas legislativas que se vayan presentando, ya que no puede hacerlo escuetamente con el sistema de las proposiciones de ley de los partidos, y al ejemplo pasado de estos meses de parón nos remitimos. Son muchos meses ya sin arrancar, y al final se resiente todo si la máquina no empieza a funcionar, porque la economía, como hemos significado, se mueve desde la tranquilidad y la seguridad en que la maquinaria de «hacer cosas» y hacerlas bien está funcionando, no desde la incertidumbre que lo que crea es intranquilidad de no saber cuándo se va a empezar a trabajar y por dónde se va a empezar a hacer el camino. Porque ahora todo es prioritario y más aún en un momento en el que llevamos ya tiempo parados. El año pasado se quejaban algunos de que no paraban de aprobarse leyes, y ahora lo hacemos porque no se aprueba ninguna. Pero, a decir verdad, cada una de las que se han aprobado era necesaria y urgente. Incluso se debieron aprobar muchas más que no dio tiempo a hacerlo. Pero es necesario desde ya acortar los plazos, o, al menos, que en los que marca la ley se proceda a una conformación del ejecutivo para que el resto de poderes del Estado e instituciones puedan seguir actuando desde el engranaje de un poder central que vaya marcando la ruta a seguir. No estamos sobrados de tiempo, ni de medidas que mejoren la situación, sino que aunque hayamos empezado a salir a flote debe existir una aglutinación de todos los sectores y fuerzas políticas y sociales con un único objetivo, que no es otro que el de que el país salga adelante, que quien está en el paro encuentre empleo, que se facilite el camino de los emprendedores, que se incentive la inversión y que entre en el país capital que regenere la economía. Y todo ello, bajo el signo de la confianza en trabajar e invertir aquí. Y cuanto más tengamos que esperar peor será para todos. Eso está claro.