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Javier Mondéjar.

El Indignado Burgués

Javier Mondéjar

Qué «ilu», voy a ser noruego

A estas alturas, cuando Vd. lea esta columna, los engranajes estarán girando. A lo mejor le pillo reflexionando sobre qué votar y no seré yo quien le dé ideas o le aconseje, sepa sin embargo que me estoy planteando -en virtud de cómo se den los resultados- pedir la nacionalidad noruega, que algo de enchufe tengo. No es que no quiera ser español, pero cuatro años en virtud de quién repita o quién gobierne se me pueden hacer muy duros y no está la verónica para tafetanes. A este cura no le pillan más. De todos modos, en virtud del voto que se deposite hoy es posible que sean españoles sólo los que no tengan otra cosa mejor que hacer, así que, pudiendo elegir, me hago nórdico y si se trata de alegar procedencia norteña siempre puedo decir que mis simpatías en «Juego de Tronos» van con los Stark que son los señores de Invernalia y más en el norte, imposible. Y en cuanto a mi físico, alegaré que soy un «celtas corto». Sinceramente no sé si colará, pero no me perdonaría no intentarlo.

En realidad no quería escribir de elecciones o de política que ya me aburre hasta a mí, lo que pasa es que llevo toda la vida esperando que ganen los míos y nunca llega ese momento. También es verdad que esa denominación tan amplia de los «míos», únicamente me incluye a mí y como nunca me he presentado a unas elecciones, las posibilidades de ganar son escasísimas. A no ser que vengan a buscarme bajo palio a la puerta de mi casa para que ocupe el trono que en justicia me pertenece, jamás ganarán los míos. Perra suerte.

Como buen ácrata me gustaría que no ganara nadie. Entiéndanme: no que se repitan de nuevo las elecciones, que para eso no tengo cuajo, si no que todos tuvieran que pactar, negociar, acordar y decidir con todos. Sería un lío tipo tripartito de Alicante, pero echándole a tope mostaza de Dijon bien picante a un pentapartito en el que entraran Ciudadanos y el PP. No me digan que no sería divertido.

¿Nos gobernarían mejor? Responderé a la gallega: ¿Quequién? Tendría de bueno que se acabarían las prepotencias, los mesianismos y tantas chorradas de los que quieren representarnos. A poco que sigas la campaña, te harías noruego como yo o acaso sueco, si tienes el cuerpo más jaranero, que es verdad que los noruegos muy alegres no son, pero yo tampoco soy de los que se pasan las fiestas populares bailando en la calle, más bien al contrario. Sinceramente esta campaña la he visto de refilón, con el mismo interés que pongo en algunos documentales del National Geographic sobre la pesca del salmón en Yemen, por ejemplo.

No es que no me interese -me gusta el tartar de salmón a la tailandesa, con cilantro, jengibre, cacahuetes picados, sriracha y un pelín de chutney de mango- pero más el producto final que el proceso hasta que llega a mi mesa. Lo mismico que el Parlamento y el Gobierno, me sobran los preliminares. Por mí se los podían haber ahorrado; qué hartón de ver a RiveraRajoyIglesiasSánchez besando abuelos y jugando al dominó con niños, o al revés, limpiándose las manos después de saludar a tanta chusma, que, por cierto, les recomiendo el sistema de la Reina de Inglaterra, que tiene siempre a un esbirro a su espalda con una toallita para quitarse las mugres de los besamanos, que son antihigiénicos hasta decir basta.

Tan ricamente siendo noruego y si me canso de no ver la luz del sol en el invierno de Oslo o Bergen, me subo a Alfaz del Pi con todos mis futuros compatriotas. Podré ver la serie «Vikings» con sentimiento de pertenencia a un clan y ya por siempre renegaré de Colón y de la reina Isabel de Castilla y mantendré que fueron mis antepasados los que primero llegaron a América.

Si se fijan no es tan malo lo que está por venir a partir de esta noche. Ya dicen los japos (¿o son los chinos?) eso de que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Pues, o mucho me equivoco vaticinando o habrá que salir por la ventana. La ventaja de los mundos globales es que esta crónica igual la puedo escribir en el despacho de mi casa que en mitad de un fiordo. Y las vistas serán mejores.

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