Encontrar un puesto de trabajo es hoy en día la prioridad de cualquier persona. También es verdad que lo ha sido siempre, pero hubo otras épocas, no muy lejanas, en las que había más posibilidades de encontrar un trabajo. Nuestros estudiantes terminaban una carrera o unos estudios formativos y más tarde o más pronto encontraban un hueco en donde desarrollar sus conocimientos y habilidades técnicas adquiridas en su periodo de aprendizaje. Además, lo que también es importante, se podía elegir el lugar en donde poder trabajar, lo que ahora es impensable, ya que si cualquier persona encuentra un trabajo ahora ni repara en gustos, sino que lo acoge como si le fuera la vida. Porque no están las cosas como para exquisiteces.

Ahora bien, lo de encontrar un puesto de trabajo no es nada fácil, ni en un momento como el de ahora en el que parece que se está viendo una recuperación económica, porque ni aun con cualificación y formación se tiene nada asegurado. Y eso que hoy percibimos que contamos con muchos jóvenes y menos jóvenes con una formación adecuada para desempeñar puestos de trabajo adecuados para sus estudios y capacidades, pero desgraciadamente no hay sitio para todos. Esto nos lleva a entender que la búsqueda de un trabajo acaba reconduciendo a muchas personas a emprender y a buscar por sí mismos cómo realizar y desarrollar los conocimientos que han venido adquiriendo durante sus años de formación.

Emprender se ha convertido, por ello, en la salida más recurrente para que quien quiera trabajar encuentre la forma de hacerlo ante las dificultades de encontrar huecos en estructuras profesionales ya instaladas. Por ello, uno de los retos de nuestros políticos debe ir enfocado a fomentar el emprendimiento y dar facilidades a quienes afrontan el difícil reto de abrir un negocio y salir al mercado laboral creando empleo. Porque quien emprende no solamente se da de baja él mismo en la lista del paro, sino que, aunque dependiendo del sector, a buen seguro que también lo hará con otras personas a las que empleará para desarrollar ese negocio que está abriendo, con lo que la optimización del emprendimiento tiene un efecto multiplicador brutal que permite de golpe crear empleo de manera vertiginosa. El emprendedor se acaba convirtiendo, por ello, en la clave de la recuperación económica.

Es por ello por lo que nuestros responsables públicos no deben poner traba alguna a quien emprende un negocio, sino facilitar que lo abra y cree empleo. Sin embargo, desgraciadamente en muchas ocasiones es una tremenda aventura lo de emprender, porque los que lo hacen se enfrentan a miles de problemas que deben ir superando, y lo hacen con ese espíritu que siempre tienen los que se atreven a iniciar ese camino en el que las ayudas no son muchas y los obstáculos interminables. Bajo esta perspectiva, deberían evitarse esas constantes trabas que, a veces, existen para que bajo una ventanilla única específica quien desee abrir un negocio viera recortados todos los plazos para las concesiones administrativas y, siempre dentro de la legalidad, se le facilitara la apertura de ese negocio o actividad profesional. Todo ello, para que ese contador a «0» comenzara cuanto antes y se pudiera poner en marcha cada proyecto personal que muchas personas tienen en mente y quieren ejecutar. Y no se trata ya solo de que se den ayudas económicas, que también es importante, sino que, al menos, no se pongan trabas a la apertura de los negocios y que se agilicen los trámites administrativos que eviten esperas y demoras que atascan a los emprendedores en un mar de desesperación y ventanillas que convierten en una aventura llena de obstáculos la idea de crear empleo. Porque este, al final y al principio, lo crean quienes tienen la valentía -porque esa es la palabra- de acudir a un banco a pedir un crédito, explicar un proyecto y convencer de su viabilidad, además de dar las garantías suficientes como para asegurar estar en condiciones de devolverlo. Y aunque sea importante que tengas ayudas económicas el emprendedor lo que más quiere es que no le pongan trabas para empezar con montañas difíciles de superar y obstáculos que desmoralizan a cualquiera. Y es que no acaba de entenderse que con la necesidad que existe de crear empleo no acabe de desarrollarse una legislación específica que realmente, y en la práctica, posibilite que quien tiene una idea pueda llegar a realizarla. Porque frente a la ley de emprendedores que ya se aprobó tiene que existir luego un desarrollo eficaz de esta normativa que haga realidad en cada punto y lugar la ejecución de una idea a cualquier ciudadano que apueste por abrir un negocio y crear puestos de trabajo, y no acabar penalizando a quien decide acometer el camino de quien en realidad genera el empleo en este país. Porque, al fin y al cabo, lo son esos pequeños empresarios que con mucho empuje, ganas y pocos medios quieren abrir cada mañana la puerta de su negocio para ir caminando en la senda de poner su grano de arena para la recuperación económica del país. Por todo ello, estos son los que generan empleo y a los que hay que ayudar. Sin duda alguna.