La decisión de la Conselleria de Educación de que en todo el territorio de la Comunidad se estudie por igual el valenciano es lo más sensato. Treinta y tres años se han tenido desde que se aprobó la Llei d'Ús y Ensenyament del Valencià para cualquier adaptación en una comunidad autónoma en la que han de convivir el español y el valenciano como lenguas cooficiales. Resulta absurdo que se dispense a nacidos aquí, en la zona sur de la Comunidad, del estudio del valenciano y se obligue a aprenderlo a los hijos de familias que llegan desde Madrid o el Reino Unido y fijan su residencia en ciudades como Alicante o Elche, donde el Consell no ha contemplado la posibilidad de que no se estudie la llengua. Puede que en un momento dado, hace más de tres décadas, tuviera sentido y fuera hasta necesario, pero ya no se sostiene en el tiempo, salvo que la administración autonómica permita en este asunto la objeción, y, si lo hace, debería permitirlo para todos.