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Fernando Ramón

De forma gradual

El Estatut de Autonomía establece que tanto el castellano como el valenciano son los dos idiomas oficiales en la Comunitat y todos tienen derecho a conocerlos, a usarlos, y a recibir la enseñanza de y en la lengua vernácula. Pero no podemos obviar que ese mismo marco estatutario establece que se limitarán por ley los territorios en los que predomine una y otra lengua, así como los que puedan ser exceptuados de su enseñanza y de su uso. No hay que olvidar las peculiaridades de comarcas como la Vega Baja o ciudades como Elda o Villena donde el valenciano ha desatado guerras que solo conducen a maximalismos contraproducentes. La enseñanza, el uso y la normalización de la lengua propia en esos territorios habrá de hacerse de forma gradual, progresiva y adecuada para que desde la pedagogía y el convencimiento social se concluya que es un elemento identitario más. Si se pretende hacer desde la imposición normativa seguirá provocando el rechazo de quienes no han tenido en el valenciano un vehículo de cohesión por razones históricas.

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