The Hole

Teatro Principal de Alicante

Creación: Paco León e Yllana.

Dirección artística: Yllana.

Lleva más de tres años haciendo de las suyas con mínimas variaciones. Algunos acuden por primera vez y otros, los «theholeros», repiten. Los números circulan en medio de dos escaleras y unos grandes labios abiertos y carnosos. Es el cabaret de The hole, según la idea de Paco León e Yllana, entre otros componentes, con variedades que beben de las fuentes de este tipo de espectáculos y que pretenden transmitir diversión y vitalidad. Teatro, música, desnudos y actuaciones circenses para provocar y decirnos que «la vida está para vivirla».

La maestra de ceremonias con acento andaluz, La Terremoto de Alcorcón (el miércoles), invita porque está enamorada. Y organiza una fiesta con cierta dosis de erotismo. Sobresalen las acrobáticas danzas aéreas que se han podido ver en otros espectáculos, con la particularidad de que uno de los numeritos está realizado por una ágil y gruesa Marilyn mientras suena I wanna be loved by you, del filme Con faldas y a lo loco. El patinador salvaje se deja fotografiar en el intermedio con un desfile de féminas. Los mayordomos recrean canciones y sonoridades con sus brillantes voces, y la luz ultravioleta del teatro negro, con la femenina desnudez, ofrece atractivo visual. Dos acróbatas con sentido cómico... O la presunta comicidad de la descocada de Alcorcón con sus banales monólogos y una ratita en vivo.

Aparecen los pintorescos invitados y arranca la función dirigida a quienes les interesan estos menús que podrían tener más notable altura. No están ausentes los efectismos, las reiteraciones, el vulgar desmadre y la exaltación de los instintos más primarios. Pocas nueces, mucho ruido y espectacular diseño de iluminación del alicantino Juanjo Llorens. El clima cabaretero envuelve a la afición desde antes de comenzar. Las ganas de movida y participación son evidentes, incluso con el trasero al aire si es preciso, y planea la sombra del musical y de la película The rocky horror picture show. Hasta el domingo en el Principal de Alicante. «Hay que entrar en el agujero para salir de él», se dice.