En los próximos días, se anuncia la exposición en la Lonja de la Asociación de Fotógrafos de Alicante, cuando se cumple un año de su última exposición en esta misma sala, debido a la programación del anterior edil, ahora corroborada por el nuevo. En la sala Varela de la Fundación CAM, gestionada por el antiguo concejal de cultura, Miguel Valor, está exponiendo la Asociación de Artistas Alicantinos, Creando juntos. Ambas exposiciones a coste del artista, coste cero para la institución. Puede que cambie la sala o el gestor, pero en Alicante seguimos en lo mismo. La «nueva gestión» de la cultura en Alicante nos mantiene al margen de lo que es la cultura con mayúsculas, es decir, la cultura que nos posicione en el ámbito de la Comunidad o en el nacional, la gestión que optimice el gran recurso de la industria cultural, cuya capacidad para crear riqueza, puestos de trabajo, está sobradamente demostrada en ciudades como Málaga, Bilbao?.
Para el nuevo Ayuntamiento de Alicante, la cultura no es prioritaria. Este déficit ya no solo compete a la Concejalía de Cultura, que ha demostrado su bloqueo después de un año sin un proyecto global que podamos considerar como tal, sino al proyecto político del gobierno municipal. En Alicante no se invierte en cultura, las salas de exposiciones, el museo de arte contemporáneo, tienen un presupuesto absolutamente ridículo. Y sin inversión en cultura es imposible una gestión digna. Valencia, Castellón son conscientes de ello y tienen presupuestos sobrados para realizar sus proyectos culturales. La comparativa con Alicante es abrumadora.
Pero parece que este Ayuntamiento no se siente capacitado, legitimado, para exigir a Valencia, a la Generalitat, el dinero que por derecho nos corresponde. La Generalitat nos pide proyectos que justifiquen este desembolso. Y ese es el trabajo de la institución, un proyecto de ciudad, de gestión cultural, que aúne a Cigarreras, MACA, incluso Universidad, Diputación. Según nos dice el concejal de Cultura, estas líneas se han definido, pues dónde está el dinero. ¿Es la incapacidad para hacer un proyecto de verdadero calado que convenza con argumentos políticos, científicos, sociales y culturales, lo que ha bloqueado la respuesta de la Generalitat?
Alicante nunca ha tenido un proyecto cultural que nos haya proyectado mínimamente como ciudad, asumiendo la interrelación de profesionales de amplios sectores y la inversión económica, como elementos necesarios para crear una infraestructura cultural. Un nuevo modelo de ciudad, desde la gestión cultural, debe ser la prioridad del Ayuntamiento. Toda acción que dificulte este fin solo genera una imagen nefasta del político, en su miedo al ciudadano crítico que analiza y ve las deficiencias de su gestión. Si somos incultos no cuestionamos la función de los museos, los sentimos ajenos, como centros de las elites, cuando son todo lo contrario. Se crea así una división social, cultural, totalmente anacrónica.
