Señal inequívoca de que estamos en vísperas de unas absurdas repetidas elecciones que nada nuevo, salvo sorpresas, van a aportarnos y de que las lamentables y cansinas campañas ya han comenzado, lo muestran que todos los futuribles se están moviendo a ritmos frenéticos. Nos bombardean las televisiones con ridículos programas donde una conocida presentadora pasa, no sé si uno o varios días porque nunca lo he visto, con algún o algunos políticos. La reina de las mañanas Ana Rosa Quintana, se pasa , al menos en su emisión, a las noches con un absurdo programa con unos niños más que previsibles y entrenados, haciendo ridículas y preparadas preguntas a un líder político. Todos, incluso Mariano, se han puesto en marcha. ¿Y qué decir de La Sexta en su programa del sábado noche, donde unas familias hacen unas descafeinadas preguntas a determinados candidatos? Señor, qué cruz. Qué ganas de que finalice este masoquista tormento.

El principal indicio de que la campaña electoral está en marcha es que Mariano ha empezado a moverse. Tras varios meses de parón, para ponerse a tono con el país, en que su catalepsia habitual entró en fase de sueño profundo. Su inmovilidad empezó a preocupar a los suyos, a Albert Rivera e incluso a varios líderes de la oposición, que no ven forma humana de arrancarlo del sillón. En Génova estos meses incluso se han planteado la posibilidad de un reemplazo, aunque había dudas con el destino natural del presidente. No sabían si regalarle una estilográfica o un reloj por los servicios prestados. Los más críticos pensaban en el Museo de Cera y los partidarios acérrimos en el Museo del Ferrocarril.

Últimamente, no sé qué cadena o cadenas televisivas, nos están mostrando a un Mariano atlético caminando a un ritmo frenético, como si le fueran a quitar la silla de la Moncloa. De improviso Mariano decidió dar primero un paso y luego otro, aunque no se descarta que todo sea un truco óptico. En el video que ha rodado en Badajoz no acaba de quedar claro si se mueve el presidente o se mueve Badajoz. Es posible caminar y no moverte, o hacerlo realmente para atrás, incluso de comprobar que la España mariana en cuestión de cuatro años ya había retrocedido un siglo en bienestar social. A esa velocidad de crucero tenemos la Edad Media a la vuelta de la esquina. Por eso Mariano prefiere caminar rápido y, a ser posible, de espaldas, para no cansarse y para que el pasado nunca le pille por sorpresa.

Las encuestas nos bombardean en la prensa con previsiones sorpresivas que siempre podemos negar apelando a una certeza: la única encuesta válida es la que dictan las urnas, pero, oiga, eso influye, vaya si influye. Y si no influye, asusta. El Unidos-Podemos ha pegado un brusco volantazo hacia una presunta moderación, adelantando con un descaro inimaginable a todo un Partido Socialista. Metroscopia en El País, le da 5 puntos de ventaja sobre el PSOE y Sigma Dos en El Mundo le concede una ventaja de 3,4 puntos. Para hacérselo mirar, yo creo. Y es que, encuestas aparte, Pedro Sánchez no da la talla política, porque la física sí la da. Y lo más curioso, el PP no sé si empujado por su continuada corrupción se mantiene, en ambas encuestas, en primera y sobrada posición. ¿Será que a los españoles nos va la marcha? ¿Será por el merengue bailón que han incrustado en su himno? ¿Tendrá algo que ver que el merengue sea originario de Venezuela? Señor, cuanta paradoja. Patético, muy patético me resultó ver a Moragas, todo trajeado, marcándose unos pasos de merengue.

Y hablando de pasos, Mariano sigue con los suyos, su frenética marcha que no sé si real o es un efecto óptico. La vistosa marcha presidencial discurre a lo largo del Guadiana, apareciendo y desapareciendo, sin duda para sugerir que los mayores logros de su legislatura siguen ocultos a la vista, la mayor parte bajo tierra. Como no se ven, son posibles y pueden aparecer en cualquier momento. En el video, Mariano habla poco pero nada más abrir la boca suelta una falsedad: «El Guadiana, que nace en las Lagunas de Ruidera». La verdad es que los especialistas aún no se han puesto de acuerdo en identificar el punto exacto donde da comienzo el río, aunque la mayoría se inclina por una confluencia de diversos ríos, arroyos y acuíferos, como Podemos, IU, Equo y las Mareas, pero sin alcohol. Los asesores de Mariano prefieren fiarse de Plinio el Viejo, uno de los historiadores de cabecera del PP y que aseguró que su nacimiento se alumbró en las lagunas de Ruidera.

Pero vamos, nazca donde nazca, sigue la estela de Mariano: aparece y desaparece. Y, sobre todo, aparenta no moverse. No sé si ahora con el ritmo merengue?

He de reconocer que esta táctica inmovilista le está dando buenos resultados.