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José Emilio Munera

¿Cuarto poder?

J. E. Munera

El Hércules juega con fuego

A las puertas de las Hogueras, al Hércules le ha dado por jugar con fuego. Agarrado a las extraordinarias paradas de su portero Chema, el conjunto alicantino disputará la gran final por el ascenso al fútbol profesional tras dejar un reguero de dudas en las dos eliminatorias previas. Fue inferior al Toledo en la ida y en la vuelta y le hizo muchas concesiones al Tudelano en el Rico Pérez. Algo no funciona en un equipo con aspiraciones cuando su guardameta es el mejor partido tras partido, pero Vicente Mir no da con la tecla. No se sabe bien a qué juega este Hércules, que anoche se encontró con el mejor escenario posible, pero estuvo a un tris de echarlo todo por la borda. Apenas corría el segundo minuto del partido y el Toledo regalaba el 1-0 a Mainz en un error de su zaga, adelantada para presionar hasta el centro del campo. Antes de merecerlo, el Hércules ya estaba por delante. Jugaban los manchegos, pero marcaban los alicantinos porque 20 minutos después Álex lograba el 2-0, que ponía tres goles de colchón en la eliminatoria, contando con el afortunado 0-1 del Salto del Caballo. Ni por esas fue capaz el cuadro blanquiazul de tener la calma, la intensidad y el orden suficientes para administrar tanta ventaja. Porque los visitantes, con las ideas mucho más claras desde el principio, tomaron el mando y ya no lo soltaron hasta la expulsión de su portero a falta de un cuarto de hora. Puede que fuera el exceso de confianza al verse muy por delante en el marcador lo que descentró a los de Mir, pero no se entiende la pésima primera parte de casi todo el grupo y especialmente del centro del campo, donde naufragaron Espinosa, Vivi, Miñano y Javi Flores, ampliamente superados por el compás y el buen criterio de Cristóbal, Barranco y De Lerma, que se adueñaron de esa parcela y dominaron a su antojo el partido. Entre parada y parada de Chema, fueron cayendo las llegadas y ocasiones del Toledo hasta que cazó el empate al filo del descanso. Con el susto en el cuerpo de un Rico Pérez que se temía lo peor, las fuerzas se igualaron algo en el segundo acto y una gran acción conjunta de Peña y Chechu Flores propició la expulsión del portero visitante y dio oxígeno a un Hércules que volvió a jugar a la ruleta rusa por su falta de fútbol y, por momentos, de agresividad. Aún hay tiempo para rectificar y que la fiesta pueda ser completa.

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