Esta semana, en dos días consecutivos los lectores de INFORMACIÓN han tenido la oportunidad de leer sendos artículos de opinión de Eduardo Lastres y Guillermina Perales. En ellos, ambos recuerdan cómo comisariaron al alimón un respetable ciclo de exposiciones sobre arte contemporáneo en La Lonja; acusan a este concejal de haberse apropiado de ese formato; arrojan sospechas sobre el cumplimiento del código de buenas prácticas por parte de la concejalía que dirijo; invocan agravios comparativos con otras actividades e incluso me acusan de «no tener un plan coherente de la cultura de la ciudad». También hablan de represalias y de no se qué listas negras. Veamos qué es de lo que no hablan Lastres y Perales.

El referido ciclo que tuvo lugar en La Lonja estuvo envuelto en la polémica desde el principio, cuando artistas contemporáneos destacados del panorama alicantino se negaron a participar en él (caso de Ángel Masip) por desacuerdo con el planteamiento del ciclo o las Asociaciones Autonómicas de críticos y Artistas Contemporáneos cuando acusaron de nepotismo y malas prácticas a los citados comisarios, entre otras cosas por «elegirse a sí mismos», e incluir a Lastres en la programación de un ciclo que co-comisaría el mismo Lastres, o por redactar Perales críticas de arte de exposiciones que ella misma dirige en este mismo diario. El ciclo fue propuesto por Lastres y Perales al concejal Miguel Valor y este optó por la extraña fórmula de realizar un contrato menor separado con cada uno de los comisarios (por supuesto, sin que mediara convocatoria pública alguna). Digo extraña porque no se recuerda en la concejalía firma de contrato directo con otras personas físicas que no fueran las citadas. Y así fue con todas las renovaciones del ciclo entre 2012 y 2015.

La reunión con Lastres y Perales fue de las primeras que tuve, a petición suya, nada más tomar posesión como concejal de Cultura. En ella alabé con sinceridad el contenido de su ciclo, pero les expliqué que nuestra nueva política incluía el garantizar el acceso a comisarios y artistas que quisieran exponer en las salas municipales mediante concurso público. Les expresé, además, que yo y mucha gente entendíamos que la asignación directa de su contrato no beneficiaba su imagen en determinados círculos artísticos conocedores de las polémicas al respecto del ciclo, así como en parte de la opinión pública. Ya entonces les insté a presentarse al concurso abierto anunciado. También lo hice públicamente, cuando acudí como concejal a inaugurar algunas exposiciones del ciclo, en las cuales mi discurso siempre ha sido el mismo que hoy reflejo en este artículo. De esta forma, Lastres y Perales tienen la posibilidad de convencer a un jurado para comisariar de nuevo un ciclo de arte contemporáneo alicantino en La Lonja sufragado con dinero público. Y todas las otras personas profesionales del arte contemporáneo que operan en la ciudad ahora también tienen la oportunidad de hacerlo, como considero que es de justicia.

Sobre las críticas a la configuración del jurado del concurso, llegan tarde. Ya he anunciado a varias asociaciones de artistas contemporáneos que me han hecho llegar alegaciones a las bases que acepto las mismas y modificamos, entre otras, la composición del jurado para que no quepa duda de su respeto al código de buenas prácticas. Este documento deontológico es reciente y todavía surgen a las personas que los queremos asumir dudas sobre su aplicación en casos prácticos (por ejemplo, qué se entiende por «representantes de la sociedad civil», un extremo que el código no llega a aclarar con exactitud). No pasa nada: siempre nos hemos mostrado abiertos al asesoramiento de estas asociaciones y no nos duele rectificar bases en aras del respeto a las buenas prácticas. Por cierto, ya anuncio que yo no estaré y delegaré la presidencia del jurado en una persona experta en arte contemporáneo de reconocido prestigio, con lo que solo habrá un técnico como representante de la administración con voto, así como una persona designada por la asociación a la que pertenecen Lastres y Perales, entre otras, junto a representantes de UA y UMH.

En cuanto a agravios comparativos con otros eventos, podemos ir caso por caso. Se cita explícitamente a Photoalicante, un evento que se extiende por toda la ciudad (y no se circunscribe a una única sala), organizado sin ánimo de lucro por una asociación (y no por unos comisarios a título particular), que se plasma en un convenio (y no en un contrato con una administración pública) y que genera consenso en todo su ámbito (al contrario, desgraciadamente, que lo que fue el ciclo de Lastres y Perales). Yo he asumido la apuesta por potenciar Photoalicante. Yo he dicho públicamente que un evento que llega a los barrios y aporta programación a todas las salas municipales a la vez bien vale un convenio. Al generar consenso y agrupar a la práctica totalidad de la comunidad fotográfica de Alicante, no veo necesario convocar un concurso (no hay nadie fuera de Photoalicante que demande organizar un evento similar, al contrario que con el citado ciclo de exposiciones de La Lonja). En cuanto a la demanda del sr. Lastres por conocer su cuantía, es bien fácil satisfacerla: se detalla en el convenio; anuncié su importe en la rueda de prensa de presentación del evento; y ya he reiterado mi compromiso de publicar a final de año todos y cada uno de los gastos de la concejalía de Cultura para detallar las partidas y ejecución del presupuesto. Además, el Sr. Lastres (y toda la ciudadanía de Alicante) puede solicitar copia de cualquier convenio o documento de esta concejalía si se siente parte interesada. El recorrido de las sospechas que se arrojen sobre falta de transparencia de esta concejalía será siempre muy, muy corto.

Dicho esto, ya he dicho en otras ocasiones que no voy a contestar opiniones o críticas sobre mi gestión, dado que todas me parecen respetables. Lastres y Perales son muy libres de estar enfadados porque convoco un concurso público para unas exposiciones que antes se les daba a ellos por contrato directo, porque se cita en las bases la prohibición de que un comisario se comisaríe a sí mismo (como ocurrió en Alicante y como impiden las bases de concursos similares en España, caso de La Casa Encendida), porque se haya aumentando la cuantía del presupuesto respecto al año pasado o porque entiendan que ellos eran los únicos que podían programar un ciclo de artistas contemporáneos en la Lonja so pena de acusación de «apropiación del formato», vulgo «robar la idea» (aunque la posibilidad de invocar derechos de propiedad intelectual sobre el formato "ciclo de artistas contemporáneos locales" me parecería, cuanto menos, muy debatible, al tratarse de un paraguas tan genérico). Su enfado es respetable y, hasta cierto punto, comprensible. Sin embargo, pienso que en aras del bien común y la transparencia, cualquier persona interesada en comisariar un ciclo de artistas contemporáneos de Alicante pagado con dinero público debe poder tener la oportunidad de hacerlo, más cuando existe demanda de ello.

Pero cuando se dan datos incompletos, erróneos o falsos, creo que mi obligación es intentar arrojar luz sobre ellos para que la ciudadanía pueda disponer de toda la información con la que formarse su criterio. Por tanto debo indicar que no acepto en absoluto que el Sr. Lastres diga que mi concejalía «no tiene un plan coherente». El plan de cultura 2016 se presentó públicamente hace meses a menos de cinco metros de distancia del sr. Lastres (y se puede consultar en la web de la concejalía). Supone una novedad porque nunca antes la acción de la concejalía de Cultura de Alicante se ha guiado por un plan comunicado previamente. Tiene una estructura profesional dividida en cuatro grandes planes que se desarrollan en programas y proyectos determinados. Y, lo más importante: lo estamos ejecutando y llevando a cabo. Puede gustar más o menos al Sr. Lastres y a cualquier persona. Pero lo que no es de recibo es decir que no es coherente ni, mucho menos, decir que no existe.

Buena suerte a todas las personas que se presenten al concurso para comisariar las exposiciones de artistas contemporáneos de Alicante en la Sala La Lonja. Y creo que todos y todas deberíamos felicitarnos porque ahora tienen esa posibilidad de poder presentarse.