«Los que desean un cambio en el Gobierno de España son el 79,1%. Entre el cambio, el cambio sereno, el cambio tranquilo o el recambio; la continuidad suena a pasado». Era lo que escribía en las vísperas de las elecciones autonómicas y locales, la primera vuelta en la estrategia de Podemos, al que los electores situaban en la encuesta del CIS en la extrema izquierda (2,29 en una escala en que 1 es la extrema izquierda y 10 la extrema derecha), eso explica las propuestas socialdemócratas clásicas que está haciendo Pablo Iglesias, la salida de Monedero y el olvido de los «frentes» (INFORMACIÓN, 7-5-2015. Entre el sorpasso y el cambio) Popular o Cívico que propugnaba Anguita. Tras las autonómicas y municipales la irrupción de Podemos y Ciudadanos tuvo consecuencias en la cultura y en la vida política. El diálogo con todos se convirtió en una necesidad para poder gobernar. La cultura del pacto tan vigente en la transición política permitió el cambio en gobiernos locales y autonómicos. Pero hasta ahí. Por eso tenemos un gobierno en funciones.

Un año después Iglesias Terrón ha reunido en Unidos-Podemos a la izquierda, al margen del PSOE, y a algunos sectores nacionalistas en una candidatura, aunque no le llamen «frente». El último sondeo situaba a Podemos en la escala más a la izquierda que hace un año: en el 2,19; a IU en 2,19; las Mareas 2,21; En Comú 2,80 y Compromís 2,79. Al PSOE los ciudadanos lo situaban en el 4,60 y en mayo en el 4,44. La estrategia del PSOE pretende recuperar votos por su izquierda donde tiene más votantes potenciales; por eso Iglesias intenta de nuevo convencer de que es la nueva socialdemocracia para que su candidatura se perciba menos izquierdista, pero tiene que convencer a sus socios de IU de que Marx y Engels eran socialdemócratas, y que ser comunistas es compatible con propugnar políticas socialdemócratas.

El CIS (Centro Investigaciones Sociológicas) ha publicado esta semana el macro sondeo preelectoral de 2016. Esto es lo que dicen los ciudadanos: Si el 26-J, fuera mañana, en intención directa de voto ganaría el PP; sin embargo, el partido al que los electores sienten «más cercano a sus propias ideas» y que le gustaría que «tuviera más votos» es el PSOE; y en voto más simpatía la candidatura que reúne una mayor proporción es Unidos Podemos con En Comú, Compromís y Mareas.

Cuando el CIS pasa esas respuestas por la «cocina» estima que gana de calle el PP (29,2% de los votos), seguido del PSOE (21,2), Unidos Podemos (16,4 más confluencias suman el 25,6), y Ciudadanos (14,6). Y los diputados serían 121, 80, 92 y 39 respectivamente.

En la encuesta preelectoral, en diciembre pasado, el pronóstico fue PP 28,6%; PSOE, 20,8; Podemos y aliados 19,3; y Ciudadanos el 19%. El resultado en las generales de diciembre fue: PP 28,7; PSOE 22,01; Podemos y aliados 24,5; y Ciudadanos el 14,04%. Y los diputados fueron 123, 90, 71 y 40 respectivamente. Acertó en el PP y C's. Hubo un 46,7% de votos en la izquierda, el 43 en la derecha y un 7% para los nacionalistas. La «cocina» del CIS parte esta vez de esta distribución entre derecha (PP y C's) e izquierda (PSOE, Podemos y confluencias) y el 6,50% para los nacionalistas; y pronostica que suben en porcentajes el PP y Unidos Podemos -éste gracias a En Comú y Compromís- mientras bajan PSOE y Ciudadanos. La doble pugna va a estar dentro de la derecha (entre PP y C's); y en la izquierda (PSOE y Unidos Podemos) los socialistas pueden crecer por la izquierda mientras Podemos tiene que dar imagen de socialdemócrata y moderado. La distribución de diputados que pronostica el CIS es lo más dudoso, porque el margen de error es más alto por provincias, por eso se equivocó en diciembre.

Tanto en expectativas como en valoración de la situación política, cuatro de cada cinco españoles la considera mala o muy mala; y otro tanto sucede con la situación, expectativas y confianza económica. El personal no se cree que la economía vaya mejor, ni que sea mejor la situación política. El cambio sigue siendo un clamor. Y la cultura de pactos una exigencia para el recambio. Cualquier solución de gobierno pasará por el PSOE que sigue siendo el fiel de la balanza ya sea en coalición de gobierno a izquierda y/o derecha, con apoyo parlamentario o abstención en la investidura. Menuda papeleta.