En la ida de esta semifinal por el ascenso ya quedó claro que el Toledo no es el Tudelano. El equipo de Onésimo juega, siempre tiene intención de hacerlo y presiona muy arriba, aunque también es cierto que frente al Hércules dio más sensación de equipo que peligro real ante Chema. Frente a un conjunto con esta propuesta, el Hércules tiene prohibido especular en la vuelta este sábado en el Rico Pérez. El cuadro blanquiazul debe salir a marcar desde el primer momento y demostrar al Toledo que quiere alcanzar la final a toda costa. El premio está demasiado cerca para dejarlo escapar y el conjunto alicantino debe aprovechar el respaldo de su gente y las dimensiones del Rico Pérez para abrir el juego con buenos desplazamientos y cambios de orientación frecuentes. También será importante jugar con seguridad en los primeros pases de inicio del juego para evitar errores en las entregas atrás, que en el partido de ida propiciaron las jugadas más peligrosas del rival. Conforme pasen los minutos, el equipo debe tener más el balón y tocar para superar la presión visitante y aprovechar su fatiga si mantienen el ritmo alto del partido de ida. De modo que el factor psicológico juega un gran papel en este tipo de partidos y es fundamental que el Hércules mande un mensaje de autoridad y convicción desde el primer momento que impida al Toledo crecerse en el sentido anímico y confiar en sus posibilidades. El grupo de Vicente Mir sabe jugar, tiene futbolistas de calidad en todas las líneas y tiene que demostrarlo en casa. En el duelo de El Salto del Caballo, el equipo se situó demasiado atrás y hundió en exceso a los dos medios centros, aunque Espinosa rayó a muy buen nivel. Por la filosofía de Onésimo, el Toledo saldrá a buscar un gol y el Hércules debe aprovechar su estado de necesidad para imponer su calidad, pero sin especular.