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¿Bases para la transparencia?

El pasado jueves, la concejalía de cultura de Alicante hizo públicas las bases del concurso por el que se va a seleccionar el proyecto de arte contemporáneo para la sala C de la Lonja del Pescado. Bases que requieren un mínimo análisis.

El comité técnico encargado de valorar las propuestas estará integrado por un representante de la corporación, es decir un político, dos técnicos de la concejalía de cultura, es decir, muy condicionados por la institución, con la posible incorporación de un tercero con voz pero sin voto, en calidad de secretario/a, ningún representante de la sociedad civil, y tres profesionales de reconocido prestigio en el mundo del arte, preferentemente propuestos por las asociaciones de críticos y artistas AVCA, ACOA y AVVAC. Eso sí, estos profesionales no podrán ser miembros de estas asociaciones. No se entiende nada. La mitad de este comité pertenece a la institución, y en la otra mitad se atenta contra el derecho de asociación, tan fundamental en la defensa de la pluralidad y la libertad, pilares de la democracia. Si eres de una asociación estás vetado para constituir un jurado en una institución pública, con lo que se sienta un impedimento para que los individuos con intereses comunes se unan y constituyan un interlocutor válido en el diálogo con las instituciones. Otro punto de estas bases es que un artista no puede ser comisario de un ciclo en el que también participe como artista. Esta es una medida totalmente coercitiva, que va en contra de la evolución del trabajo creativo. En ningún manual o código de buenas prácticas se contempla esta medida. El comisario artista realiza su selección, para mostrar su visión del arte, qué sentido tiene coartar su participación. Las exposiciones más valoradas por la crítica internacional han sido realizadas, comisariadas, por artistas, en muchas de las cuales han participado ellos mismos.

En la parte económica, el concejal de cultura, Daniel Simón, habla de un 15% del total empleado en la exposición para el artista, pero antes debe pagar además de la producción, la publicidad, carteles, vinilos, los materiales de montaje, que no disponga la Lonja. En arte contemporáneo estamos hablando de una cantidad estimable, pues los montajes son muy diversos, se salen del clavo o la alcayata, estamos con materiales más tecnológicos, multimedia, o de reciclaje?, que requieren de otra disposición que la clásica en las paredes. Además debe incluir el transporte y los derechos de imagen, aunque es la institución quien va a usar esta imagen. Se valorará que presenten actividades paralelas como conferencias, talleres, visitas guiadas?, también incluido en el presupuesto. ¿Dónde queda este 15%? ¿Se busca incentivar la investigación o tirar de obra ya producida?

En fin, ¿contra quién están hechas estas bases?

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