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Ensalada cómica

En mis trece

Aula Cultural de Alicante

Un show de Millán Salcedo.

Pianista: Marcos Cruz.

Para mostrar que «estamos a cuadros», Millán Salcedo entra con una túnica y canta delante de una pantalla con tablero de ajedrez y cerca del pianista Marcos Cruz, cuyo instrumento también los lleva. «¿Dónde estará la democracia?», dice durante este show. La población no está en jaque mate pero sí en jaque. Esto no lo dice él. Lo digo yo. «¿A quién vamos a votar el día 26?» es otra pregunta que lanza a los amplios espectadores que le dan aliento para seguir en el escenario como imperiosa necesidad y con su humor, ese «oxígeno respirable» que el cómico y el público necesitan. «Señoras con señores y viceversa», afirma. Ya saben que lo suyo es jugar con las palabras y el doble sentido. El enredo verbal, los tropiezos, las distorsiones y sus formas de trasgresión dialéctica. La parodia y no imitar. El agudo sentido de la observación y hacer el «ganso» son sus armas para hacer cosquillas. Es el mismo de siempre aunque solo ante el peligro y con la estimable participación del instrumentista, que mueve la lengua cuando corresponde. Méritos, entrega, comicidad y pasión no le faltan. Saca un plato de ensalada humorística e intenta hacer una sesión de risoterapia. Lo logra a juzgar por las risas de la clientela del Aula de Cultura de Alicante. En mis trece no es un repaso a su trayectoria, sino la versión 3.0 de Yo me subí a un piano verde. Así, el amigo y caricato volvió en busca de complicidad con una serie de monólogos y ciertas canciones. No en vano cantó zarzuela. Un rebelde sin causa que invita a su piano-bar, donde afloran los términos de las nuevas tecnologías, algunos frikis de la tele, la Infanta que nada sabe, no contesta, y la Pantoja con sus respectivas parejas peligrosas. Messi chupando «banquillo»? Evoca a Raphael, al Rey emérito y a los elefantes, y canta con voz jazzística o, nuevamente, el pasodoble Maricón de España. El estilo popular cae a veces en lo populachero. Imaginen un GPS para el papel higiénico o una carta proyectada y construida con marcas de productos y palabras. «Con sumo gusto nos lo quitan todo» en esta sociedad de consumo. La idea de Millán Salcedo es reírse de las cosas sin descalificar a nadie.

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