Tres años después de haber dejado atrás la peor crisis que ha sufrido España en democracia, los datos económicos positivos se suceden. El último, el del paro registrado en mayo (cuyo descenso en 120.000 personas lo ha hecho retroceder a niveles de 2010).

Pero hay otros síntomas que refuerzan la percepción de mejora: cerca de medio millón de coches vendidos hasta mayo (un 12,5% más que en 2015); un aumento del tráfico diario en las autopistas, con cerca de 18.000 usuarios al día (por encima del mínimo de 16.000, de hace tres años); un aumento de los visados de vivienda nueva, hasta niveles de 2011? Entonces, ¿por qué los nubarrones que insisten en anunciarnos analistas y autoridades de Bruselas?

Básicamente, por la mala calidad del crecimiento de los últimos años, con un empleo de peor condición (si lo comparamos con recesiones anteriores). Atendamos a dos datos: entre una treintena de países europeos, según la agencia Eurostat, España es el segundo país (tras Polonia) con mayor tasa de temporalidad y con más dificultad de convertir trabajo eventual en indefinido. Por otra parte, en una zona dinámica como Cataluña, un 40% de empleos son de baja cualificación, 10 puntos más que la media europea.

¿Y qué puede hacerse, para cambiar un panorama que corre el riesgo de cronificarse? Pues, por ejemplo, reformar el mercado laboral (orientándolo más hacia las facilidades de reocupación, si se consuma un despido, que a proteger empleos, aunque sean poco productivos) y modificar incentivos para que un inversor no prefiera siempre, desde los años 60, hacerlo en suelo o crear un bar/restaurante/hotel para atender turismo de poco gasto y se arriesgue en actividades con mayor valor añadido. Más fácil de decir que de hacer, sí, teniendo en cuenta lo que proponen nuestros partidos (incluidos los nuevos).

CÓMO LO VEN. Le Figaro publicaba un amplio reportaje donde señalaba la inusitada fiebre del oro que se ha desatado en Mauritania, desde hace un par de meses. Miles de personas, cargadas con todo tipo de cachivaches, se han concentrado en un punto en medio del desierto, con temperaturas insoportables, en busca del preciado metal amarillo (sin saber, a ciencia cierta, si existe un filón destacable en la zona).

CNN señalaba la decisión de las autoridades gubernamentales chinas de crear cientos de campamentos militares por todo el país, con la intención decidida de curar la adicción a Internet. En dichas instalaciones (con hombres, mujeres y menores, que oscilan entre los ocho y los 30 años de edad), lo internos se someten a una disciplina de carácter férreo, consistente en: levantarse temprano, abundante ejercicio físico, clases de ética, películas bélicas y vuelta a dormir.

CÓMO NOS VEN. The Guardian se hacía eco de las declaraciones del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en el sentido de que, si los británicos optaran por dejar la Unión Europea (en el referéndum previsto para el día 23), dicho resultado tendría consecuencias negativas para los cerca de 400.000 ciudadanos de las islas empadronados en España. Concretamente, podrían perder derechos relativos a la prestación de servicios sanitarios, por ejemplo.

Politico resaltaba el temor del establishment nacional ante el ascenso de Podemos, a quienes se sitúa como émulos de una posible revolución chavista, en España (dados los vínculos pasados de sus dirigentes con el régimen controlado por Nicolás Maduro). A partir del notable deterioro social y económico que se vive en Venezuela, los demás partidos españoles han aprovechado para arremeter contra la hipotética llegada de dicho modelo, de la mano de Iglesias y Errejón.

QUÉ SE CUECE. The Huffington Post señalaba un dato significativo, tras su estrategia de expansión internacional, que se inició justo hace cinco años: el 55% de sus casi 200 millones de usuarios únicos se ubican fuera de las fronteras de EE UU. Además, la redacción ha pasado de estar centrada en un pequeño equipo norteamericano a disponer de más de 300 redactores en una veintena de países. Dichos periodistas publican una media de 1.500 piezas diarias, en 10 idiomas distintos.

Clases de Periodismo reseñaba un informe del Pew Research Center donde se revelaba que un 60% de estadounidenses se informaba, habitualmente, a través de las redes sociales. En concreto, dos tercios de los usuarios accedían a la información a través de Facebook, mientras que un 59% lo hacía por medio de Twitter. Además, la mayoría de los consumidores de información a través de redes (un 64%) la conseguía a través de una única plataforma.