Hace unos días, de tanto oír hablar sobre vertebrar, me vino a la cabeza mi niñez, cuando jugaba con otros niños, en los canales de riego de mi querida Guardamar, con las ranas y renacuajos. Y ese pensamiento me llevó a reflexionar sobre la situación que atraviesa la Comunidad Valenciana y la provincia de Alicante.

Los valencianos, los alicantinos somos gente generosa, de acogida, dispuesta a abrir los brazos a todos los que han llegado a nuestra geografía y esa preocupación por el otro, hace que a veces olvidemos nuestras necesidades.

Nuestra Comunidad tiene grandes retos pendientes, retos como una adecuada financiación, la mejora de las comunicaciones, el fortalecimiento de nuestros puertos, como el puerto de Alicante, y el desarrollo de nuestros aeropuertos; la liberalización de unas autopistas que permitirían un mejor tráfico por carretera, la ejecución definitiva de un Corredor Mediterráneo que permita el tránsito de mercancía y pasajeros de manera simultánea. Necesitamos una política de agua estable que garantice no sólo el suministro de nuestros pueblos y ciudades, sino también los recursos para la agricultura, el turismo y la industria. Un suministro eléctrico garantizado que permita el desarrollo de proyectos industriales. Unos servicios públicos sanitarios, educativos con todas las garantías. Son muchas, como decía, las cuestiones que debemos afrontar de manera unida y con el esfuerzo de todos.

Y los empresarios y empresarias, como motor de desarrollo, como agentes sociales básicos y primordiales, como pieza fundamental de nuestro tejido social, debemos dar ejemplo.

Cualquier propuesta de solución que se plantee para los retos descritos, debe ser objeto de consenso en el que participemos todos los agentes sociales, propuestas que respeten y equilibren el peso de cada provincia en nuestra Comunidad, que beneficien por igual a todos los valencianos y valencianas, que permitan el acceso a infraestructuras, servicios públicos, etc., de manera equilibrada.

En estos momentos, en los que hablar de economía y colaboración se convierte en un eje principal de nuestro desarrollo, debemos consensuar políticas que reflejen la importancia, que cada una de las provincias de nuestra Comunidad tiene para el territorio nacional (Valencia y Alicante, se encuentran entre las cinco primeras provincias en contribución al PIB a nivel nacional).

Castellón, Alicante y Valencia somos partes de un todo, que es la Comunidad Valenciana y desde estas palabras debo pedir a nuestros políticos que tengan las alturas de miras suficiente para buscar el equilibrio entre ellas, y no solamente a los políticos, también, y aquí me incluyo como decía al principio, debemos auto exigirnos a los empresarios esa obligación, de mantener puentes, comunicación, incluso de mostrar con nuestra colaboración, un ejemplo frente al resto de la ciudadanía, evitando el desequilibrio y la defensa de los intereses que no sean los de todas y cada una de las provincias de nuestra Comunidad.

Si hablar de vertebración se convierte en un discurso vacío, y se produce el efecto de ahogar las voces de los distintos territorios, centralizando la toma de decisiones patronales o políticas, se va a prestar un flaco favor a los ciudadanos, originando el debilitamiento de todos los miembros del cuerpo que constituyen nuestra Comunidad Valenciana. La reivindicación de una patronal propia en cada una de las provincias, es la garantía de que se puedan escuchar las voces y atender las sensibilidades de todo el empresariado de nuestra Comunidad. Coepa se convierte en ese objetivo en una pieza fundamental.

Es hora de que se pongan fin a estrategias, que perpetúan un territorio invertebrado, inconexo y sin proyectos comunes. Los seres más desarrollados y más adaptados son los vertebrados. Vertebrar la Comunidad Valenciana será el mejor legado que se le puede dejar a esta tierra. Lo podemos hacer. Solo falta que queramos hacerlo.