El estudio científico del desarrollo y el aprendizaje humano, desde sus inicios, ha estado ligado a los avances que se han producido en el campo de la neurociencia.

En la actualidad, los investigadores consideran el rendimiento cognitivo como potencial que puede incrementarse durante todo nuestro desarrollo si se estimula con el aprendizaje adaptado a cada individuo. El rendimiento no es consecuencia únicamente de la capacidad innata, sino de la interconexión de una serie de variables personales y contextuales que confluyen dando lugar a la manifestación de diferentes perfiles individuales.

Con el descubrimiento actual de los factores neurológicos que subyacen al comportamiento humano, el desarrollo y el aprendizaje, así como en un sentido amplio, la «inteligencia humana», actualmente se entienden solo desde la interacción permanente entre procesos internos y ambiente externo.

De igual forma, en la actualidad sabemos que el desarrollo del cerebro no es lineal sino que existen momentos clave donde se establecen conexiones muy específicas. Las interacciones tempranas determinan cómo se «cablea» e «interconecta» el cerebro de cada niño o niña. Con una influencia crucial del sistema emocional y de las experiencias vitales, claves para el aprendizaje y el desarrollo individual.

Las más recientes investigaciones han demostrado que la educación (como aprendizajes y experiencias acumuladas) crea sinapsis nuevas, aumenta el número de conexiones neuronales existentes, mejora su calidad y sus capacidades funcionales, el crecimiento de los axones o el necesario aumento de las ramas dendríticas del cerebro. Hoy sabemos que la «inteligencia humana» es abierta, flexible y ampliamente potenciable, siempre dentro de los diferentes umbrales específicos de desarrollo personal que cada uno de nosotros llega a alcanzar.

¿Por qué se pretende generar vínculos con Neurociencia-Educación?, ¿estamos delante de una nueva era educativa? Muchos son los conceptos y preguntas que al paso de los años vienen derivando sobre un nuevo término: Neuroeducación. Todo ello promovido por el avance y el desarrollo de nuestra mente y sus necesidades, entender cómo nos comportamos cerebralmente, generar evidencias de que otra realidad educativa es posible, formará parte de un objetivo prioritario para desarrollar integralmente a los alumnos.

En la sociedad actual emerge una nueva forma de ver la Educación, un nuevo paradigma, todo derivado por la necesidad del ser humano de explorar, analizar y dar respuesta a sus inquietudes, en definitiva, a dar soluciones a las necesidades que el tiempo le presenta. Adentrarse en el mundo complejo de la mente, es una apuesta apasionante y arrolladora de nuevas inquietudes, preguntas e ideas. Todo ello provocará en el ser humano un vivero de experiencias intelectuales.

Debido a esta gran cantidad de información evidencia lo urgente que resulta replantearse los modelos y métodos educativos institucionalizados a día de hoy en España. La enorme necesidad de avanzar hacia nuevas propuestas que acerquen a la práctica docente y a las familias, el conocimiento científico acumulado. Nos encontramos ante un reto fundamental que nos reclama acción a muy corto plazo. Por ello, en una apuesta por poner en marcha dichos cambios.

Como objetivo debemos plantearnos en mejorar un sistema educativo basado en planteamientos obsoletos, sustituyéndolo por un nuevo enfoque donde la atención y adaptación al desarrollo de las capacidades de los alumnos, la resolución participativa de los conflictos y los procesos de enseñanza-aprendizaje personalizados sean el futuro.

Para concluir, destacar que nuestro talento, genialidad, capacidad de reacción o provocación de nuestro esquema mental, en el cual se embriaga el poder hacer de cualquier situación generalizada en el que se implica la velocidad y organización de nuestra inteligencia proyectada en el ámbito educativo se ha demostrado que puede alcanzar niveles extraordinarios, pero insuficientes, si no se atiende bajo un prisma neuroeducativo. Además, se debe ser consciente de que es posible una sociedad futura en donde la genialidad desaparezca, puesto que esta condición de ser se encontrará privatizada si no somos capaces de exhibir y desarrollar el potencial que de manera innata sostiene el ser humano. Es por ello que la esperanza de comprender y estimular herramientas que desarrollen al ser humano genial, provocará una superación a sí mismo y a su contexto y, por consecuencia de este aprendizaje supremo, brotará una sociedad mejor.